Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

sábado, 23 de diciembre de 2017

MÚSICA: LO MEJOR DEL AÑO.





TOP 10 DISCOS.

      10. Sepultura. Machine Messiah.
      A pesar de ser una banda a la que mucha gente dio la espalda tras la espantada de los hermanos Cavalera los brasileños siguen facturando discos dignos, y el último está entre los mejores de su segunda etapa.

      9. All Pigs Must Die. Hostage Animal.
      Rabia, rabia y más rabia. Sin concesiones. Sin hacer prisioneros.

      8. Archsphire. Relentless Mutation.
      Técnico, enrevesado, caótico. Una delicia lo último de esta prometedora banda canadiense de Technical Death.
      7. Chelsea Wolfe. Hiss Spun.
      Música para relajarse y deprimirse mecido por la susurrante voz de la reina del Doom gótico.
      6. Blut aus Nord. Deus Salutis Meae.
      Si en el infierno hay hilo musical sin duda es este.
      5. Akercocke. Renaissance in Extremis.
      El impecable regreso tras una década de la mítica banda de Black progresivo.

      4. The Faceless. In Becoming a Ghost.
      Recién salido del horno llega por los pelos a esta lista la última maravilla de la banda californiana. Una delicia repleta de técnica y atmósferas, para escuchar con libreta.
      3. Igorrr. Savage Sinusoid.
      La original y extrañísima banda del francés Gautier Serre regresa con otra obra sobresaliente en la que cualquier expresión musical tiene cabida y que nuevamente no dejará indiferente a quien la escuche.
      2. Marilyn Manson. Heaven Upside Down.
      Otro paso en el resurgir de un artista al que se daba totalmente por perdido.
                  1. Mastodon. Emperor of Sand.
                   Una joya. Otra más en la impecable discografía de una banda que nunca da un mal paso.

LOS TRES MEJORES CONCIERTOS:
      3. Igorrr. 8 Octubre, Madrid, Sala Caracol.
      Si algo necesita la sobre saturada escena musical es originalidad, aquí tenemos una propuesta como ninguna otra en la actualidad.
      2. Oranssi Pazuzu. 29 Abril, Portugal, SWR Barroselas Metalfest.
      Pese a algunos fallos de sonido por encima de todo está la entrega y la calidad de una banda sobresaliente en una noche mágica.
    1. Guns n' Roses. Not In This Lifetime Tour. 30 Mayo, Bilbao, Estadio de San Mamés.
    A pesar de las luces y sombras en torno a esta mediática reunión al final lo que queda es el sueño cumplido de muchos y una sonrisa de oreja a oreja.

MEJOR CANCIÓN:

«Mirror Reaper» de Bell Witch.
La nueva obra de la banda de Seattle es un único tema de más de 80 minutos de duración. Un tema denso, oscuro y triste, una carta de despedida a uno de sus miembros fallecido y un viaje alucinante y exigente para el oyente desprevenido. Prefiero evitar los quebraderos de cabeza al posicionar este álbum dentro de los mejores del año pudiendo colocarlo aquí en soledad porque, una cosa está clara, ninguna otra banda ha creado un tema de esta magnitud este año. Una obra maestra.



MEJOR RIFF:

Mastodon. Word to the Wise.




MEJOR PORTADA:

Boris. Dear.


DEBÚT DEL AÑO:

The Ominous Circle. Appalling Ascension.
La banda dice ser de Portugal, pero uno se siente más inclinado a pensar que han surgido del Infierno. Vienen con fuerza estos artesanos de lo extremo con una propuesta defendida en directo este año junto a Mayhem.


CANTANTE DEL AÑO:

W. Axl Rose.
Segundo año de reinado de nuestro psicótico favorito al frente de esa monstruosidad en que se ha convertido Guns n' Roses. Puedes amarle u odiarle, incluso ambas cosas a la vez, pero es de agradecer que podamos disfrutar un año más de las locuras de una de las últimas y genuinas estrellas del rock.


GUITARRISTA DEL AÑO:

Slash.
A pesar de no regalarnos ningún tipo de material nuevo este año no se puede pasar por alto la labor del legendario guitarrista que se ha paseado por nuestro país y el resto de Europa en un estado de forma envidiable, encumbrando a Not In This Lifetime como una de las giras de más éxito de la historia del rock.


BAJISTA DEL AÑO:

Duff McKagan.
No sería justo mencionar las dos piezas sin mencionar el pegamento. Sin duda el artífice de haber podido disfrutar en nuestro país de esta esperadísima gira.


BATERÍA DEL AÑO:

Sylvain Bouvier.
Su banda Trepalium se está tomando un descanso y en lugar de quedarse en casa mirando a las paredes ha optado por situarse tras los parches de Igorrr para llevar la locura de Gautier Serre al directo.

TECLISTA DEL AÑO:

Einar Solberg. Leprous.
Leprous han facturado otro disco sobresaliente de metal progresivo que bien podría haber entrado en la lista de los mejores del año, y gran parte de culpa la tiene el buen hacer de Einar en las teclas.

GRUPO DEL AÑO:

Guns n' Roses.
¿Quién sino?
DECEPCIÓN DEL AÑO:

Arch Enemy. Will to Power.
Disco hecho con el piloto automático y desaprovechando totalmente el genio de Jeff Loomis, imperdonable.

DISCO MÁS ESPERADO 2018:

Ghost. Nuevo Álbum 2018.
Tras un año de polémicas, con nuevo papa al frente y un concepto más oscuro y medieval. Estamos ansiosos por descubrir qué nos depara el siguiente capítulo de la banda de monjes.


CONCIERTO MÁS ESPERADO 2018:

Metallica.
Haga lo que haga esta banda siempre es un acontecimiento, y cuando llevan cinco años sin pisar España y casi una década sin actuar en recinto cerrado pocas dudas quedan al respecto de cuál será la cita del año.


Texto escrito originalmente para la web musical Diablorock:

miércoles, 20 de diciembre de 2017

CRÍTICA: THE FACELESS - IN BECOMING A GHOST (2017)





      En los terrenos de la música extrema de corte técnico y progresivo es fácil caer en determinados niveles de caos sonoro de difícil acceso para un oyente de corte más convencional, de hecho muchas veces ahí está el encanto de este tipo de música y muchas de sus bandas. En pocas ocasiones se consigue esa «formula mágica» que hace que un tipo de música exigente y enrevesada pueda ser disfrutada también por públicos más casuales, este es el caso de bandas ya míticas como por ejemplo Dream Theater u Opeth.
Es mucho aventurar si The Faceless algún día compartirán el prestigio de las bandas citadas anteriormente, pero con este In Becoming a Ghost sin duda van por buen camino y ya se puede apreciar que Michael Keene, guitarrista, bajista, cantante y, en definitiva, cerebro de la banda, ha dado con el ansiado ingrediente secreto. Puede que en gran parte esto sea debido al larguísimo y accidentado proceso de composición y grabación que ha llevado este nuevo trabajo, una travesía de cinco años con abundantes cambios en la formación en los que sin duda Keene habrá tenido tiempo para darle vueltas a su propuesta sonora hasta pulirla al máximo.
Tras una breve introducción que parece sacada de una serie televisiva tipo En los Límites de la Realidad, nos damos de frente con la primera descarga, Digging the Grave, y con ella lo que será la tónica del disco: temas repletos de intrincados cambios de ritmo y tono, con espacio para el lucimiento de todas las partes implicadas, de una enorme precisión técnica y dificultad compositiva pero que, a pesar de ello, fluyen de forma segura y constante ante el oyente, que podrá sentirse perplejo, pero en ningún momento abrumado o con sensación de agobio, y así hasta llegar al final con The Terminal Breathe.
Nos encontramos ante un disco directo en el que la energía y la inspiración no decaen en ningún momento, esto se apoya en la sabia decisión de ser comedidos respecto a la duración de los temas ya que ninguno de los 10 cortes supera los cinco minutos, alejándose así de las alargadas sinfonías de las que hacen gala muchos grupos del estilo. De esta forma los poco más de cuarenta minutos del disco pasan en un suspiro gracias a la variedad compositiva de la que hace gala y la pericia para armar estos temas sin que ninguno de sus cambios, ni siquiera los más radicales, suenen forzados. La travesía fluye de una manera más tranquila y natural de lo que cabría esperar en unas aguas tan extremas, dejando así un buen sabor de boca ya en la primera escucha e incluso ganas de que se incluyesen al menos un par de temas más para poder seguir disfrutando. Desgraciadamente el placer se hará aún más corto para los incondicionales de la banda al incluir tres temas ya publicados anteriormente como singles, eliminando por tanto bastante el factor sorpresa, como tristemente viene siendo habitual en los recientes lanzamientos discográficos.
La espina dorsal de la banda sigue siendo el death furioso, de guturales y blast beats, por lo que quien busque agresividad en este disco no saldrá decepcionado, pero hay que apuntar que siguen la senda abierta en su anterior trabajo Autotheism por lo que entre medias de la violencia puedes encontrarte todo tipo de atmósferas más relajadas y ambientales con abundante presencia de voces limpias y suaves, así como delicados dibujos jazz, avant garde y partes djent al estilo de bandas como Periphery o Animals as Leaders. Esto los aleja del death más directo de sus inicios hace ya más de una década, pero como decimos no es nada que no se viese ya en su anterior trabajo.
El tercer tema, Blackstar, contiene algunos de los riffs y dibujos de guitarra con más gusto que un servidor ha tenido el placer de escuchar en todo este año. El quinto, The Spiraling Void (tema que ya pudimos escuchar en una versión con su anterior cantante cuando se publicó como primer adelanto hace ya la friolera de dos años) es todo un derroche, con un interludio de arpegios neo clásicos que harán babear a los guitarristas de la sala, de la misma forma que la base rítmica del este y el siguiente tema, Shake the Disease, tendrá a los baterías y bajistas sacando la libreta y el lápiz del bolsillo.
Con este trabajo impecable en cuanto a sonido y composición la banda demuestra que tiene calidad para subir peldaños, ahora necesita una formación estable y definida con la que sus seguidores puedan identificarse para elevarlos en popularidad y darles una cohesión y seriedad como banda que evite momentos incómodos como los de su esperpéntica cancelación en el pasado festival Knights of Metal de Barcelona, entre otros desafortunados incidentes.

En definitiva: este disco supone otro paso más en la trayectoria ascendente de The Faceless, y es que cuando lo único que se puede criticar de un disco es su corta duración (aún durando 40 minutos) está claro que nos hayamos ante un trabajo sobresaliente.


Texto publicado originalmente en la web musical Diablorock: 



miércoles, 20 de septiembre de 2017

CRÍTICA: MARILYN MANSON - HEAVEN UPSIDE DOWN (2017)







Finalmente el esperado disco anteriormente conocido como Say10 y rebautizado como Heaven Upside Down aterriza en la tierra de la mano del artista anteriormente conocido como Brian Warner pero que pasará a la historia como Marilyn Manson, y lo hace con una seguridad y contundencia que pocos esperábamos tras meses de retrasos, rumores e incertidumbres.
En un principio se anunció a bombo y platillo que el nuevo disco del Reverendo, el décimo de su carrera, aparecería el 14 de Febrero bajo el título de Say10 y supondría la segunda colaboración con el músico y productor Tyler Bates tras The Pale Emperor, disco que obtuvo una estupenda acogida entre la prensa especializada. Pero dicha fecha llegó y pasó, dejando a sus seguidores desorientados y con un buen palmo de narices.
Los meses fueron pasando sin ninguna nueva fecha o explicación por parte de Manson, que por contra se dedicaba cada poco a subir extraños vídeos acompañados de citas crípticas en su cuenta de Instagram. Ahora sabemos que estos meses los pasó batallando con diversos problemas personales, el más grave de ellos la muerte de su padre Hugh, y buscando la inspiración para redondear un disco con el que no se encontraba al cien por cien satisfecho.
Cuando finalmente se anunció una nueva fecha y Manson comenzó a hacer declaraciones nos advirtió que el disco no seguiría la senda abierta por The Pale Emperor y que sería un disco más rabioso y colérico, intentando acercarse a sus orígenes y definiendo su sonido como un híbrido de los legendarios Antichrist Superstar y Mechanical Animals. El primer single, lanzado hace unos días y titulado We Know Where You Fucking Live así lo confirmaba, mostrando un sonido mucho más duro e industrial y una actitud al micrófono de Manson más rabiosa que en el disco anterior, acercándolo ligeramente a la época Antichrist.
Ahora que hemos podido disfrutar del disco en su totalidad podemos afirmar que, aunque algo de eso hay, esa primera definición de Manson no era del todo cierta. Nos encontramos más bien con un disco de balance, de cómputo. Un trabajo muy directo y variado, en el que el Reverendo nos muestra destellos de todas las facetas por las que ha pasado en su ya dilatada carrera.
El comienzo del disco es el que más nos puede retrotaer a sus primeros años, con un auténtico puñetazo en la cara nada más empezar como es el tema Revelation #12, uno de los temas más cañeros que ha dado Manson en años y que incluso contiene detalles que recuerdan a aquel lejano Portrait of an American Family con el que se dio a conocer hace ya más de dos décadas. Tras él Tattooed In Reverse, otro gran tema, pegadizo cachondo y marchoso pero más calmado y electrónico, más época Animals. A continuación el ya mencionado We Know Where You Fucking Live y Say10 del que ya se habían podido escuchar algunos extractos, un tema de comienzo e interludios inquietantes y un estribillo diseñado para ser coreado a voz en grito por el público en los directos. Tras estos nos encontramos con Kill4Me. Planteado como segundo single es el tema más comercial y accesible del disco, con un sonido que bebe directamente de Depeche Mode y un planteamiento descaradamente popero y orientado a la radio, sin que por ello se trate de un mal tema en absoluto. Y nos situamos a mitad del disco con Saturnalia, una de las últimas incorporaciones dentro del proceso compositivo, un tema extraño, de ocho minutos de duración, que nos trae inmediatamente a la mente el rock gótico de los 80 y en especial a la banda Bauhaus, con una producción y base rítmica totalmente dominada por unas interesantes y omnipresentes líneas de bajo por las que van serpenteando las guitarras y teclados dando lugar a uno de los puntos álgidos del disco y haciendo que sea uno de los temas más interesantes. Tras este el intento algo descafeinado de caña que es JE$US CRI$I$ pasa un poco sin pena ni gloria, aunque aún así tiene algunos momentos interesantes, sobre todo en la parte de las guitarras que dan nuevamente el contrapunto a una línea de bajo omnipresente.
En los tres últimos temas nos encontramos la parte más pausada y de romántica melancolía del Manson de discos como Eat Me, Drink Me o The Pale Emperor. Mención especial merece el último de estos tres temas, Threats of Romance, que contiene unas estupendas melodías vocales y un teclado que es una auténtica delicia.
Fácilmente este Heaven Upside Down puede ser uno de los mejores discos de la reciente etapa de Manson (con permiso de The Pale Emperor), a su favor juega la duración y número de temas, que lo hacen más directo y redondo, sin rellenos descarados y en definitiva más digerible que Born Villain y The High End of Low.

Este nuevo disco de Marilyn Manson cuenta con una producción estupenda, llena de detalles y matices, y cuenta con un buen puñado de temas, y aunque ni de lejos llega a la altura de sus obras maestras contentará a los seguidores que ya lo situarán más arriba o abajo en su podio personal según gustos. El Reverendo esta vez no inventa nada ni da una nueva vuelta de tuerca a su personaje, pero nos da un poco de todo lo conocido hasta ahora y esta vez sí, en su justa medida, algo que se agradece.


Texto publicado originalmente en la web musical DiabloRock:



lunes, 4 de septiembre de 2017

CRÍTICA: AKERCOCKE - RENAISSANCE IN EXTREMIS (2017)





     La formación de culto de Black/Death Progresivo y vanguardista Akercocke regresa con un nuevo y flamante disco tras un silencio de una década, tiempo en el que ha pasado de todo, disolución de la banda, proyectos paralelos y regreso. ¿Ha merecido la pena tan larga espera? Ahora mismo te lo contamos.
Los fanáticos de la banda que se hayan visto abrumados por tan largo parón están de suerte ya que este Renaissance in Extremis que traen bajo el brazo cumple de sobra con las expectativas y el legado de la banda de Jason Mendonca. Nos encontramos ante un disco inspirado y cuidado, plagado de detalles y cambios sorprendentes, ideal para paladear con calma y atención de principio a fin.
El viaje comienza con Disappear, un tema de siete minutos de duración que se abre con un afilado dibujo de guitarra y la atronadora batería de David Grey dándonos la bienvenida, un breve silencio para encajar un veloz solo de guitarra con sabor a Yngwie Malmsteen y vuelta a la destrucción con un potente riff grave de reminiscencias thrash que da entrada al registro más gutural y diabólico de Mendonca a la voz. Este primer golpe te deja aturdido, y cuando recuperas la compostura y comienzas a cabecear como loco te descolocan de nuevo con un interludio suave, de voces melódicas y guitarras limpias, y tan solo llevamos tres minutos de tema...
Esta será la tónica durante la totalidad de los nueve cortes que conforman el álbum, temas complejos y dinámicos plagados de cambios de ritmo y atmósferas, con espacio para el lucimiento de todos los miembros de la banda, todos ellos músicos de amplia experiencia y trayectoria que se reúnen para hacer aquello que mejor saben hacer.
Entre los puntos álgidos podríamos destacar First to Leave the Funeral, un tema oscuro e inquietante que nos brinda los momentos más potentes y diabólicos del disco y que sin duda hará las delicias de los admiradores de los sonidos más extremos. También destaca Familiar Ghosts, un tema que arranca con el sonido del mar y las gaviotas junto a un melancólico arpegio de guitarra. Aquí Sam Loynes, siempre comedido a los teclados, se suelta un poco más para crear la atmósfera adecuada a lo largo de todo el tema con sus teclados y samplers, un tema sobresaliente que gravita entre la tristeza y la inquietud. Mendonca, que está pletórico durante todo el disco, da otra clase aquí tirando de todos sus recursos a la voz, desde los más melódicos hasta los más malignos. Por supuesto también hay que mencionar el tema que cierra el disco A Particularly Cold September, una delicia de más de nueve minutos que como imaginarás por lo comentado hasta aquí te lleva de los pasajes más calmados y melancólicos hasta las profundidades del averno zarandeándote por el camino como a un vulgar pelele. El inicio del mismo es fabuloso, con voces y guitarras limpias y un pasaje con saxo que los acerca a terrenos del ambient jazz, por supuesto todo va degenerando hasta desembocar en un furioso tramo de old school thrash y voces guturales para regresar luego a la calma y dejarnos con unos de los mejores y más sentidos solos de guitarra del disco que nos acompañará ya hasta el fundido a negro.
En el apartado letrístico la banda, conocida por su afición por la imaginería satánica y oculta, esta vez ahonda más en la oscuridad del alma con textos más terrenales que versan sobre la angustia, la desesperación, el tiempo y la superación personal.
No me ha convencido del todo la producción, yo habría apostado por un tipo de mezcla más actual, pero eso ya entra dentro del terreno de los gustos personales.
Finalmente Akercocke han vuelto, lo hacen por la puerta grande con un disco de alta calidad y apuesto a que ningún seguidor quedará decepcionado con su regreso y también que cosecharan un buen puñado de nuevos fieles con esta obra.

En definitiva: buena mierda para paladares exigentes.

Texto publicado originalmente en la web musical DiabloRock: http://diablorock.com/2017/08/30/critica-akercocke-renaissance-in-extremis-2017/






miércoles, 17 de mayo de 2017

LOS CUADERNOS NEGROS (EXTRACTOS)





"Alimentados por el odio y la excitación del campo de batalla los soldados rebanaban las cabezas de los prisioneros no solo sin titubeo alguno, sino con alegría y deleite. Podías oír el burbujeo de la sangre al ser cortado el cuello, imposibilitando la llegada de ésta a la cabeza, sangre que se expandía por el suelo polvoriento, tiñéndolo de un rojo oscuro y espeso. La víctima temblaba asustada mientras oía los cánticos y apreciaba la separación de sus tejidos en unos minutos que sin duda serían agónicos y absurdos. A veces la cabeza cercenada, al ser expuesta a la cámara, te sorprendía con algún último tic labial o movimiento de ojos. Llegó a un vídeo de una ejecución grupal. Eran doce tipos arrodillados, puestos en fila en mitad de un paraje desértico. El verdugo se acercaba al primero. Daba un pequeño discurso a la cámara, agarrando del pelo al prisionero y blandiendo el cuchillo. Sin duda sería algún tipo de amenaza hacia quienes creía le estaban agraviando. Tras la letanía empujaba a la víctima contra el suelo, apoyaba su bota contra la espalda del prisionero y elevaba su cuello agarrándolo por el pelo. Luego cortar y cortar. El prisionero se debatía inútilmente, asemejando los movimientos de un vulgar gusano. Cuando la última tira de piel era cortada el verdugo enseñaba triunfalmente la cabeza a cámara. Veías la última mueca alocada del prisionero, cáscara vacía ya. Y pasaba al siguiente... Así uno tras otro... Los prisioneros estaban resignados. No los veías quejarse, ni luchar por su vida, ni intentar escapar, aceptaban su muerte y esperaban su turno mientras escuchaban los gimoteos ahogados de sus compañeros y olisqueaban la sangre caliente derramada por el suelo. «Venga, será un momento, queda poco ya...»
¿Qué los había llevado hasta allí?"



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Las sucursales bancarias eran lugares tranquilos, limpios y civilizados, nada permitía adivinar los abusos y atrocidades que se cometían en el interior de sus paredes. Los clientes guardaban cola de forma ordenada y cortés, en silencio, observando sus teléfonos móviles en busca de algún comunicado intrascendente que los alejase de la realidad. Eran un rebaño manso, bien enseñado. De vez en cuando aparecía algún directivo de rostro reptiliano enfundado en su brillante traje, serpenteando de una oficina a otra sin mirar ni a plebe ni a subordinados. 


La cola avanzaba lentamente. La gente, a medida que se aproximaba a la ventanilla, manoseaba su dinero a escondidas mientras echaba cuentas mentalmente, trazando complicados logaritmos, para evaluar el estado de su bienestar. Los carteles situados de forma estratégica en las paredes prometían sueños al alcance de todo el mundo a través de la esmaltada sonrisa artificial del deportista de élite de turno (que por esa sesión de fotos había cobrado más que el jornal anual de todos los presentes). 
«Nuestro objetivo es tu bienestar. Nuestra experiencia tu confianza»
Alex empezó a sentir una enorme angustia interior y un sofoco generalizado de su cuerpo. Procuró relajarse, respirar de forma controlada y fijar su mirada en el peinado de la señora de avanzada edad que tenía delante. Una señora menuda, con cuerpo en forma de botijo, el pelo estropajoso a causa de décadas de potingues, con hijos, con nietos, trabajadora, pensionista, marchita, estafada.
«Ayudarte es nuestro privilegio. En nuestras manos tu tranquilidad está asegurada»
La ansiedad envolvía rápidamente a nuestro héroe silencioso, unas espesas gotas de sudor resbalaban por su frente a la par que su cuerpo se hallaba bombardeado por multitud de pequeños espasmos. 
La cola avanzó otro puesto por lo que tanto él como la señora pudieron dar un par de tímidos pasos hacia adelante. Se observó los pies mientras lo hacía. Derecha, izquierda, derecha. Volvió a detenerse. La señora suspiro, quizás consciente de alguna forma de los ojos fijos, vidriosos y enajenados que se posaban en su cogote. Alex se pasó la mano por la frente para secarse el sudor. Volvió a observar a su alrededor. Los trabajadores trajeados de las mesas blandían impresos ante las miradas huecas de sus confundidos clientes. Se desenfundaban bolígrafos. Se extendían sonrisas. Se estrechaban manos. Se tramaban pactos. Se urdían planes. 
Alex comenzó a notar la preocupante falta de aire. Carraspeó un poco, intentando no hacerse notar demasiado, no revelar su presencia. La situación era totalmente insoportable, violenta, incómoda, horrible. La señora del pelo de estropajo sin duda era una buena mujer, una madre comprensiva y temerosa de Dios. Sopesó la opción de confesárselo todo y buscar su ayuda, no tenía más que acercarse y decirle con total naturalidad: «disculpe señora, ¿le importa que me cuele en la fila? Es que verá, llevo un pedo de la hostia y no sé si podré aguantar esto por más tiempo». Sin duda una persona como ella, cabal y tolerante, podría entenderlo.
«Creemos en los jóvenes. Creemos en ti. En esta cuenta tus sueños cuentan»
En ese momento surgió una voz.
-¡Pasen por esta ventanilla por favor!
Un nuevo trabajador, enviado sin lugar a dudas por el mismísimo Espíritu Santo, acudía para agilizar el tráfico de clientes. La señora y Alex se miraron a la cara por primera vez, desconcertados. A pesar del colocón, o quizás gracias a él, Alex pudo reaccionar en primer lugar y con un par de amplias y desesperadas zancadas se colocó en esta nueva ventanilla. Frente a él una chica de pelo oscuro esbozaba una blanca sonrisa.
-Buenos días caballero, ¿en qué puedo ayudarle?

-¡Para pagar!"



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El sentido del humor. Esa era una de las claves. Era uno de los asideros importantes. La mierda siempre va a estar ahí, rodeándonos, y siempre va a ser apestosa, pero saber afrontarlo con humor, reírte de todo ello, siempre iba a ser una victoria destacada. ¿Qué hay verdaderamente grave? ¿Qué hay verdaderamente importante? Esto siempre fue un juego, la vida, una broma pesada, puro humor negro. Una buena carcajada a tiempo siempre confundirá a nuestros enemigos, precisamente porque ellos se apoyan en el miedo, es su juego, y el humor indica falta de miedo. Mirar a la muerte a la cara y partirte el culo de su aspecto cadavérico antes de que te siegue con la guadaña. El humor es una de las formas más accesibles que tiene el ser humano para modificar la realidad que lo rodea, porque la realidad es maleable, nuestra visión y concepción del mundo es lo que le da entidad. Incluso aunque el motor del mundo sea el sufrimiento, la destrucción y el caos, el humor puede adornar el lienzo para hacerlo llevadero. El humor derivado del conocimiento de la finitud y la poca importancia de la mayoría de actos dentro de la enorme broma cósmica. Saber (no solo poder) reírse de todo y todos siempre será una victoria. Ante una adversidad el sentido del humor puede ser determinante para optar por el suicidio, el asesinato o la carcajada. Es algo a tener en cuenta. Sin sentido del humor el ser humano está perdido.








Extractos de la novela LOS CUADERNOS NEGROS de Carlos Salcedo Odklas. Próximamente...

CRÓNICA SWR BARROSELAS METALFEST 2017




En medio de la actual burbuja de festivales en la que promotoras y marcas se disputan engordar sus carteles con los nombres más importantes que les aseguren nuevos récords de asistencia, el festival portugués de Barroselas se mantiene como un pequeño oasis para aquellos que pretenden disfrutar de sus vacaciones festivaleras de una forma diferente, buscando otro tipo de propuestas. El carácter underground de su cartel, enfocado principalmente hacia el Death y el Black, y sus cifras de asistencia, modestas si las comparamos con otros festivales más multitudinarios (en esta edición en torno a los cuatro mil asistentes) hacen que el ambiente sea mucho más cómodo y familiar que el de otras ofertas y lo posicionan como un festival de culto y quizás el más importante de la península en cuanto a música extrema se refiere.
Este año se celebraba su vigésima edición (que se dice pronto), y lo hacía nuevamente en Barroselas, un tranquilo pueblo de apenas cuatro mil habitantes situado al noroeste de Portugal. Su complejo deportivo, situado a las afueras del pueblo, era el sitio elegido un vez más para que las hordas del averno instalaran sus tiendas de campaña y se preparasen para disfrutar durante tres días de las bandas más oscuras y demoníacas del panorama metalero actual. Y hasta allí que nos fuimos para comprobar de primera mano el estado de forma de este veterano festival así como del tipo de música que le sirve de reclamo.



El festival consta de 15 actuaciones diarias repartidas en tres escenarios distintos ofreciendo de esta forma actuaciones de manera ininterrumpida desde las cinco de la tarde hasta las cuatro de la madrugada. El cumplimiento a rajatabla de los horarios y un único solape diario ofrecían la posibilidad de ver todos los conciertos del cartel si eras lo suficientemente valiente y resistente para ello. Desgraciadamente no fue nuestro caso, pero la posibilidad estaba ahí para los más insaciables siendo algo de agradecer.
El primer escenario, que respondía al nombre de Arena, era el encargado de abrir y cerrar las actuaciones cada día, su acceso era totalmente gratuito y por él desfilaron bandas locales y de menor trayectoria. Los otros dos escenarios, Dungeon y Abyss, eran de acceso con la pulsera del festival y es donde descargaron las bandas más importantes y reconocibles del cartel. Todos los escenarios eran cubiertos, algo imprescindible por varios motivos, el primero de ellos la lluvia que, debido a las fechas y la ubicación del festival, suele ser un elemento constante en todas las ediciones. Esta no fue una excepción haciéndose presente una vez más, aunque por suerte solo tuvimos que preocuparnos del estado del cielo durante la segunda jornada, el primer día y el último gozaron de un clima bastante agradable durante el día y algo más frío por la noche aunque soportable. Que los escenarios fuesen cubiertos también se agradeció para ayudar a crear la atmósfera adecuada para este tipo de bandas cuya puesta en escena se vería ligeramente mermada con actuaciones bajo el sol y la claridad del día, en cambio de esta forma la sensación en cualquiera de los conciertos era la de estar asistiendo a presentaciones en sala.
Como se ha mencionado anteriormente la comodidad fue una de las tónicas del festival. El reciento del mismo, con sus tres escenarios, el bar y los distintos puestos de comida y merchandising se encuentran reunidos en un complejo deportivo, y la zona de acampada se sitúa en el área boscosa que rodea a dicho recinto, por lo que las distancias se volvían insignificantes. Por poner un ejemplo uno podría estar viendo cualquier banda en las primeras filas del escenario principal y si quisiese hacer un alto y acercarse a su tienda de campaña a por ropa de abrigo o dinero podría hacerlo y regresar a su puesto al frente del escenario habiéndose perdido tan solo un puñado de temas de la banda que estuviese tocando. Las zonas de tránsito entre escenarios eran mínimas y la anchura y profundidad de los mismos completamente acorde con la densidad del público esperado por lo que en ningún momento se vivieron aglomeraciones ni sensación de agobio de ningún tipo. Era fácil y cómodo tanto entrar y salir del recinto como moverse por las distintas áreas del mismo. La zona de acampada por su parte era amplia y con bastante sombra al estar situada en una zona boscosa, también estaba provista con los típicos urinarios portátiles y dispensadores de agua que, como viene siendo habitual, se quedaron algo justos. Destacar también que el supermercado del pueblo, esencial para aprovisionarse de comida y bebida de cara a los tres días de acampada se situaba a tan solo 10 minutos a pie, otro punto más que contribuyó a la comodidad de la estancia.
El recinto del festival, aparte de los escenarios y distintos puestos, contaba también con un par de zonas de esparcimiento y con un bar abierto las 24 horas del día que servía de punto de reunión y relax y que contó con toda una serie de actividades para amenizar el tiempo. Ahí era donde se realizaban los meet & greet con las bandas, durante los tres días miembros de Venom Inc, Aborted, Akercoke o Inquisition fueron desfilando para firmar y saludar a sus fans, también se realizaron charlas, juegos, proyecciones y hasta un karaoke metalero. En resumidas cuentas el bar era el lugar más adecuado y ameno para estar cuando querías relajarte un poco de las brutales descargas de los escenarios.



Comentados los puntos más notorios del recinto y la organización es momento de pasar a los conciertos. Lamentablemente no pudimos verlos todos pero haremos un ligero resumen de las actuaciones más destacadas de estos tres días de brutalidad extrema y sonoridades oscuras.



Dia 1.


Los portugueses HOLOCAUSTO CANIBAL fueron los encargados de abrir el festival en el escenario principal y lo hicieron de la forma más burra posible, con una descarga atronadora de poderoso Grind ejecutado con precisión y adornado con motosierras y restos cercenados de animales que encendieron totalmente al público. El sonido desde el principio fue poderoso y bien ecualizado, algo que por suerte y salvo contados casos fue la tónica en el escenario principal. Tras una descarga de 35 minutos sin concesiones se retiraron dejando a su paso un reguero de sangre y seguramente también algún nuevo fan entre el público asistente.
La siguiente banda en saltar al escenario principal fueron los americanos PILLORIAN, banda formada recientemente por el ex-Agalloch John Haughm. Comenzaron su actuación con By the Light of a Black Sun, primer tema de su disco de debut Obsidian Arc que interpretaron casi en su totalidad. La actitud fría y poco comunicativa de la banda deslució un poco una actuación que por otra parte fue impecable en el aspecto musical.



Pasadas las nueve de la noche en el escenario Dungeon comenzaban su actuación los belgas MARGINAL. En las antípodas del Black atmosférico que nos habían ofrecido PILLORIAN los belgas nos obsequiaron con un torbellino de Death Crust desenfadado y de sonido sucio que si bien en estudio no aporta nada nuevo o relevante a la escena en directo cumple la función de excusa para desatar los pogos entre un público que venía relajado del escenario principal.
ABORTED eran uno de los cabezas del festival y de las bandas más esperadas por el público, y desde las primeras notas de Divine Impediment, tema de su último disco Retrogore con el que abrieron su actuación, aquello fue un no parar de brutalidad y rabia. Temas como Cadaverous Banquet o Necrotic Manifesto sonaron rabiosos y amorfos, con un Ken Bedene a la batería en estado de gracia y un Sven De Caluwe que no paraba de moverse por el escenario y jalear a la audiencia. Sin duda el de ABORTED fue uno de los puñetazos más dolorosos en la cara de los asistentes al festival.
Tras la masacre que había tenido lugar en el escenario Abyss nos trasladamos al Dungeon donde pudimos «relajarnos» (si dicha palabra es aceptable en un festival como este) un poco con los alemanes THE RUINS OF BEVERAST y su Black/Doom espeso y atmosférico. Consiguieron hipnotizar al respetable y arrastrarlos hacia su culto a base de ritmos densos y un ambiente opresivo. Sin duda un privilegio poder ver a esta estupenda banda en la que era su primera presentación en la península, no obstante no se pueden pasar por alto un par de detalles sin los cuales la actuación habría sido redonda. Uno es la excesiva presencia de los bajos en la mezcla, su volumen eclipsaba todo lo demás y hacía que cada golpe de bajo resonase en nuestra caja torácica haciéndonos temer por nuestra integridad. Por otra parte las labores de su guitarrista a los coros dejaba bastante que desear. A pesar de esos detalles resultó una actuación notable que gustó bastante a los presentes.



Tras ellos era el turno de INQUISITION en el escenario principal. Era una de las bandas más esperadas por el público si atendemos a la cantidad de camisetas de ellos que veías desfilar entre los asistentes. El dúo colombiano afincado en estados unidos no decepcionó ofreciendo un show de poco más de una hora en el que dieron un repaso a toda su discografía. Temas como From Chaos They Came, Desolate Funeral Chant o Command of the Dark Crown sonaron terroríficos. Es increíble como Dagon se las basta él solito para llenar con su presencia todo el escenario mientras nos tortura sin descanso con esa peculiar voz de ultratumba (uno de los elementos más reconocibles de la banda) y su trabajo a la guitarra, lleno de riffs de rabioso Black adornados con todo tipo de trucos en la palanca de vibrato. Sin duda fueron uno de los triunfadores del día.



El agotamiento nos hizo prescindir de los Thrasheros ANTICHRIST, pero sí llegamos a tiempo para ver la actuación de MASTER, la mítica banda de Thrash/Death Estadounidense formada en 1983 por el carismático Paul Speckman. Dieron lo que se esperaba demostrando sus tablas en una actuación impecable y sin descanso de ritmos Thrash en la que cayeron mazazos como Slave to Society, con Paul llevando el peso de la actuación, perfectamente respaldado por Alex Nejezchleba a la guitarra y Zdenek Pradlovski a la batería. Un cierre más que digno a las actuaciones en el escenario principal.
Eran ya casi las tres de la madrugada, el agotamiento y las sustancias ingeridas hacían mella, pero aún así hicimos acopio de fuerzas y neuronas para arrastrarnos hasta el escenario Arena para presenciar a THE OMINOUS CIRCLE, una banda de la que no sabía nada excepto que eran portugueses y que describían su estilo como Blackened Death Metal. La cosa comenzó a ponerse interesante cuando en un escenario convenientemente adornado con candelabros aparecieron cinco tipos con pinta de extraños monjes sin cara armados con guitarras de ocho cuerdas. A partir de ahí fue como si el demonio Choronzon te echase su apestoso aliento en la cara. Riffs de guitarra densos de afinación ultra grave, Blast Beats frenéticos y un cantante que se retorcía como un alma torturada. Con tan solo un disco en el mercado, el bestial Appaling Ascension, editado recientemente, y una puesta en escena bastante cuidada en la que incluso sacaron un traga fuegos nos encontramos ante una banda que tiene muchas papeletas para abrirse camino entre los fans de gustos más extremos. Una banda que conviene no perder de vista y sin lugar a dudas una de las grandes sorpresas del festival.



Aún quedaba un último concierto en el escenario Arena, pero optamos por abandonarnos totalmente a la locura y perdernos por el bosque.






Dia 2.

Las pocas horas de sueño junto con la infernal resaca hicieron que no tuviésemos valor para entrar al recinto de conciertos hasta pasadas las siete de la tarde, justo a tiempo para ver a COBALT. El dúo americano formado por Erik Wunder y Charlie Fell, transformado en cuarteto de cara a las presentaciones en directo, ofreció una poderosa descarga de Black Metal con tintes Sludge e incluso Groove que dejó muy buen sabor de boca en una audiencia que se fue calentando progresivamente a medida que avanzaba un set list centrado en su último disco Slow Forever. Charlie Fell se echó sobre los hombros todo el peso escénico del show y no paró de moverse, gesticular y realizar extrañas posturas acaparando todas las miradas de un público que no paró de mover la cabeza durante la hora escasa que duró su contundente actuación.
DEAD CONGREGATION fueron los siguientes en saltar al escenario principal. El combo griego eran otra de las bandas más esperadas entre los asistentes al festival y eso se notó en la buena afluencia de un público totalmente entregado desde el primer momento. La banda, con una actitud fría y estática, fue desgranando sus brutales temas sin descanso, destacando por encima de todo la labor de Vagelis Voyiantzis a los parches que ofreció una clase magistral de recursos que dejó a todo el mundo con la boca abierta.



En el escenario Dungeon DARVAZA ofrecieron un concierto que pasó sin pena ni gloria debido a su sonido irregular y a su Black Metal no excesivamente inspirado, no llegamos a verlos acabar y nos fuimos a coger sitio para uno de los platos principales del festival.
VENOM son, sin duda, una banda legendaria en la historia del metal. El trío británico formado a comienzos de los 80 por Cronos, Mantas y Abbadon puede presumir de haber influenciado a miles de bandas posteriores en todos los ámbitos del metal y hay voces que incluso señalan su disco Black Metal del 82 como el momento de nacimiento del género. Pero como es a veces habitual en carreras tan dilatadas los cambios de formación y desavenencias entre sus miembros han estado a la orden del día y, en este caso, han propiciado que a día de hoy tengamos dos bandas distintas girando por el mundo presumiendo del mismo legado. Por un lado tenemos a VENOM propiamente dicho, con Cronos al frente de la formación, y por otro lado a VENOM INC la banda que actuaba en esta edición de Barroselas y en la que militan Mantas y Abbadon junto a The Demolition Man encargado del bajo y las voces. Esto condicionó a algunos y por supuesto no faltaron los típicos puristas amargados entonando el mantra «No Cronos, No Venom», pero aquellos dispuestos a disfrutar con lo que hay lo hicieron de sobra en una actuación enérgica y profesional que se abrió con Rip Ride y se cerró, una hora más tarde, con Countess Bathory. El set list estuvo compuesto únicamente por clásicos de sus primeros discos, haciendo especial hincapié en el mencionado Black Metal. Destacó el buen estado de forma de Mantas, tanto físico como técnico, y fue el que llevó el peso de la actuación moviéndose constantemente y animando al público a la vez que escupía riffs legendarios uno tras otro. VENOM INC dieron lo que se esperaba de ellos y, excepto los puristas, ningún fan salió decepcionado de la cita.



Tras un nuevo descanso y otro concierto perdido llegaba uno de los momentos más esperados. ORANSSI PAZUZU se subían al escenario rozando la medianoche para meternos a todos en su peculiar burbuja de Black Metal Psicodélico. La formación finlandesa va poco a poco ganando adeptos y escalando posiciones gracias a una discografía impoluta coronada por su sobresaliente último disco Värähtelijä que venían presentando dentro de su gira europea. Por desgracia la de Barroselas no fue la mejor de sus noches. Por una parte gran parte del público no los conocía y su propuesta, espesa, hipnótica y que bebe más de grupos progresivos y ambient que de Black Metal propiamente dicho descolocó a algunos e incluso aburrió a otros que venían de cabecear con riffs de guitarra veloces y dobles bombos y se encontraron con algo totalmente distinto. Por otra parte el sonido tampoco estuvo a la altura, las guitarras, ya de por sí saturadas de efectos, estaban demasiado altas, eclipsando totalmente la labor de la voz y los teclados, y eso hace mella en un grupo como este en el que los detalles lo son todo, por poner un ejemplo en el tema Lahja las inquietantes campanitas que son uno de los elementos más característicos e importantes de la atmósfera del tema eran inaudibles. La banda se mostró enérgica en todo momento, sin parar de balancearse de un lado a otro y acercarse a las primeras filas. El concierto complació de sobra a los seguidores del grupo pero seguramente decepcionó a aquellos que no conocían a la banda.



Con las fuerzas bajo mínimos tras dos jornadas de depravación nos preparamos temblorosos para recibir otra patada en la cara de la mano de EXTREME NOISE TERROR. La legendaria formación británica castigó a los asistentes con una brutal descarga de crust punk que puso el escenario principal patas arriba, se sucedieron los pogos y stage diving entre el público mientras la banda lanzaba hit tras hit con una actitud enérgica y completamente desenfadada. Dean y los suyos terminaron de exprimir las pocas fuerzas que nos quedaban y nos dejaron agotados en medio de una noche fría y lluviosa.





Dia 3.


Con energías renovadas y el cielo despejado nos dispusimos a darlo todo y afrontar el último día de festival. Las actuaciones en el escenario principal se abrían de forma demoledora con los españoles AVULSED, la veterana banda de Death Metal regresaba a un festival del que fueron cabezas de cartel en su primera edición del ya lejano año 98. Al público le costó un poco arrancar, pero la entrega y el buen hacer de la banda en temas como Breaking Hymens o Addicted to Carrion acabaron contagiando a los espectadores que empezaron a moshear tímidamente, momento que aprovechó el cantante Dave Rotten para mezclarse entre el público y planear un wall of death, tras ese necesario empujón el público se animó totalmente y aquello fue una fiesta hasta el final. Gran actuación de esta banda que celebra 25 años dedicados al puro Death Metal sin contemplaciones.
También dieron una demostración de poder los gallegos MARTHYRIUM en el escenario gratuito. El trío gozó de un sonido brutal, por encima de la media de lo que se venía escuchando en ese escenario. Su actuación fue enérgica y contundente pero por desgracia no pudimos disfrutarla en su totalidad ya que se solapó con otra banda que también teníamos muchas ganas de ver, NADER SADEK, y tuvimos que repartir el tiempo entre ambas. Con una curiosa puesta en escena y el escenario cubierto de ramas secas que simulaban una especie de bosque tenebroso el músico egipcio dio otro gran recital respaldado por una banda solvente y compacta en la que destacó su guitarrista Tom Geldschläger, miembro también de Obscura, todo un virtuoso que dio una lección de trucos y recursos propios del shred.



Pasadas las nueve de la noche hacían acto de presencia CORPUS CHRISTII en el escenario Dungeon. Este combo de Black Metal son una de las formaciones más queridas del underground portugués y se notaba perfectamente que jugaban en casa, con un público totalmente entregado que disfrutó y coreó todos los temas. Por desgracia no les acompañó el sonido y los niveles estaban demasiado bajos comparados con otras bandas, pero eso no amedrentó a su carismático frontman Nocturnus Horrendus que dio toda una lección de presencia escénica y saber hacer. Temas como All Hail Master Satan con todo el público enfervorizado, coreando la letra y elevando los brazos al cielo con la señal de los cuernos hicieron que fuese uno de los conciertos más satánicos del festival.
La brutalidad continuó con AKERCOCKE en el escenario principal. La banda inglesa y el festival tienen una relación de cariño y respeto mutuo y eso se notaba en la actitud de los músicos, en especial un Jason Mendoça al que se veía entusiasmado por pisar una vez más el escenario grande del festival portugués. Su Death/Black progresivo y altamente técnico sonó demoledor. Interpretaron clásicos como Zuleika o A Skin for Dancing, y también cayó alguna sorpresa en el set list como Enraptured by Evil y un tema nuevo llamado Despair. Un gran concierto que seguramente no será el último de la banda en Barroselas, más aún teniendo en cuenta que preparan disco nuevo para agosto tras nada menos que diez años desde su último lanzamiento.
A medianoche por fin llegaba el que para muchos era el gran momento del festival, los noruegos MAYHEM, una banda totalmente legendaria tanto en lo musical, al ser uno de los pilares en los que se asienta el Black Metal, como en lo extra musical, con una biografía que parece sacada de una novela y que incluye suicidios, asesinatos, extrañas portadas y todo un sin fin de detalles escabrosos. Se ve que las ganas y el morbo por ver a la banda eran altos y fue sin duda la actuación que reunió a más publico ante el escenario principal. Como principal reclamo venían en una gira en la que están interpretando en su totalidad su álbum de debut De Mysteriis Dom Sathanas, considerado por muchos su obra maestra. Su puesta en escena resulto totalmente teatral, con los miembros vestidos de monjes, altares con velas, calaveras y sangre (esperamos que falsas) y Attila vestido como una especie de papa salido de las profundidades del infierno. Como viene siendo habitual este exceso de clichés entusiasmó a muchos e indignó a otros que lo consideraron excesivo y dantesco. En lo musical estuvieron impecables, con un gran sonido y ejecución. Poco comunicativos con el público como era de esperar, algo que no importó en absoluto teniendo en cuenta la carismática presencia de Attila o Necrobutcher y el buen hacer del incansable Hellhamer. Ofrecieron un show intenso pero algo frío en el que interpretaron el mencionado disco en orden sin ninguna pausa o discurso intermedio para acto seguido retirarse bajo una gran ovación.



Con las fuerzas ya bajo mínimos nos trasladamos al Dungeon para presenciar a los americanos LICH KING, su Thrash Metal ochentero, furioso, veloz y sin pretensiones sirvió perfectamente para animar a aquellos que habían salido un poco decepcionados del concierto anterior y desencadenó todo tipo de pogos entre una audiencia encantada.
Entonces llegó uno de los momentos más mágicos del Festival, STEELHARMONICS eran los encargados de poner el broche de oro y cerrar el escenario principal ante una multitudinaria audiencia que se volvió totalmente loca. Y no estamos hablando de una banda de Black, ni de Death, ni de Thrash, no, STEELHARMONICS era una orquesta filarmónica de vientos portuguesa compuesta por cerca de una cincuentena de músicos que bajo la batuta de su director se dedicaron a interpretar clásicos del metal. La gente se volvió loca y aquello se convirtió en una enorme fiesta. Y es que es muy difícil no entusiasmarse cuando tienes delante tuya a toda una orquesta tocando temas míticos como Painkiller de Judas Priest, Raining Blood de Slayer o Ace of Spades de los añorados Motörhead. Fue asombroso vivir esa comunión entre dos géneros erróneamente considerados dispares como son la música clásica y el metal, como asombrosa fue la consiguiente reacción del público. Sin lugar a dudas no pudo haber mejor forma de cerrar el festival y sin duda se llevaron la mayor ovación de los tres días.
Aún quedaban un par de conciertos y música hasta el amanecer, pero tras tres días de música extrema, juerga, violencia y escasísimas horas de sueño solo pudimos retirarnos a nuestro ataúd como vulgares gusanos, con una sonrisa en el rostro y el deseo de que este estupendo festival dure, como mínimo, otros veinte años más. De momento nosotros volveremos el año que viene, sin ninguna duda.


Crónica publicada originalmente en la web musical DiabloRock: