No
hay duda que el metal extremo está viviendo unos grandes años. La
escena, aún manteniendo su espíritu underground,
está
totalmente viva, tanto en nuevas e interesantes bandas como en
veteranas formaciones de culto que regresan para reivindicar su
legado, ya sea por medio de giras conmemorativas (Vomitory), o
incluso atreviéndose a publicar material nuevo (Pestilence),
consiguiendo lo más importante: ganar nuevos adeptos entre un
público joven y fiel.
Los
norteamericanos Possessed son un clarísimo ejemplo de banda de
culto. Formados en San Francisco en 1983, en plena eclosión del
movimiento thrash metal, nunca consiguieron la relevancia de otros
compañeros de género y ciudad, pero su particular visión del
estilo, plasmada en los clásicos Seven
Churches (1985)
y Beyond the Gates
(1986),
supuso toda una revelación para formaciones posteriores, no siendo
pocas las voces que los coronan como una de las bandas fundadoras del
estilo más adelante conocido como death metal. Tuvieron una carrera
con bastantes altibajos y sin llegar nunca al gran público, hasta su
disolución definitiva en el año 1989.
Su regreso se produjo en 2007, un regreso un tanto engañoso, ya
que de la formación original solo permanecía su legendario
cantante, Jeff Becerra, desgraciadamente postrado en silla de ruedas
tras un disparo fatal sufrido durante un robo. Esta nueva etapa de la
banda se había circunscrito únicamente a las actuaciones en
directo. Hasta ahora, cuando el bueno de Jeff se ha decido por fin a
componer y editar un nuevo disco, que supone el primer trabajo en
estudio de la banda en nada menos que 33 años (para que luego nos
quejemos de la tardanza compositiva de gente como Metallica o
Rammstein).
Editar
un disco tras tanto tiempo es sin duda un movimiento muy arriesgado,
ya que es tremendamente difícil, por no decir imposible, satisfacer
las altas expectativas, así como luchar contra la nostalgia de los
fans que, sin duda, tienen sus dos anteriores obras en un pedestal,
especialmente Seven
Churchs,
que está considerado unánimemente como uno de los mejores trabajos
del género. No obstante se agradece que asuman el riesgo,
reivindiquen su nueva encarnación y no se limiten a estirar el
chicle y vivir únicamente de las rentas.
Entrando
en harina podemos afirmar que estamos ante un disco bastante
competente y disfrutable aunque, como era de esperar, se encuentra
unos cuantos peldaños por debajo de Seven
Churchs y
Beyond the Gates.
Tanto
en producción como en composición Possessed han intentado darle un
toque moderno a su nuevo disco, optando más por la frescura que por
el refrito, algo bastante loable cuando está claro que la salida
fácil hubiese sido tirar de nostalgia. Eso tampoco significa que
hayan dado un giro de timón a su propuesta, para nada, seguimos ante
unos trallazos de puro thrash/death directo, contundente y sin
demasiadas complicaciones, pero que como apuntamos suena actual y no
como un intento de recuperar el espíritu ochentero.
Jeff
Becerra se encuentra en un gran estado de forma, algo esencial ya que
sin duda su trabajo supone el pilar del álbum y el elemento que va a
ser analizado con mayor profundidad por los fans. Afirmamos que su
aportación no decepcionará a nadie, sacando de su garganta toda la
fuerza y carácter que cabría esperar. Otro que está tremendo en su
puesto es el batería Emilio Marquez, que ofrece un tremendo
despliegue de energía y recursos para que no puedas parar de
cabecear durante la totalidad del disco. La banda en general suena
fuerte, profesional y firme, y da ni más ni menos que lo esperado:
un puñado de temas agresivos y sin pretensiones enfocados a la pura
descarga de adrenalina y violencia. Podemos destacar Shadowcult,
Damned, Omen o
No More Room in
Hell, plagados
de riffs, solos, fills de batería y todos los elementos exigibles a
un trabajo de este tipo.
Como
único punto negativo podríamos apuntar a la duración del álbum.
Casi una hora de música, repartida en 12 temas, lo que implica que
se puede hacer algo largo, más teniendo en cuenta que todos los
temas siguen una dirección bastante definida y algo monótona. Opino
que con dos o tres temas menos resultaría más directo y compacto,
aunque por supuesto habrá seguidores que tras tan larguísima espera
incluso hubieran querido un par de temas más.
En cualquier caso estamos ante un regreso bastante digno de una
banda mítica, un trabajo respetuoso con su legado y que a la vez
intenta sonar fresco. No revolucionará el género (ni lo pretende)
pero resulta ideal para darle al play al máximo volumen y olvidarse
de todo durante una horita.
Este texto se escribió originalmente para la web musical Diablorock: https://diablorock.com/2019/06/06/critica-possessed-revelations-of-oblivion-2019/