Se podría decir que la veterana y
legendaria banda Megadeth se encuentra en un momento bastante dulce.
Tras una larguísima trayectoria de 35 años, no exenta de varios
altibajos, la visión de Dave Mustaine cuenta con una de sus
encarnaciones más sólidas hasta la fecha: el guitarrista Kiko
Loureiro, poseedor de un estilo pulcro y virtuoso a la par que
exótico. El batería Dirk Verbeuren, metrónomo andante y experto en
blast beats. Y Dave Ellefson al bajo, el fiel escudero, el tipo que
más tiempo ha acompañado al siempre complicado Mustaine, y que
parece ya inamovible en su puesto tras pasar también por una época
oscura, de enemistad y pleitos, que lo tuvieron alejado de la banda
durante ocho años.
Se espera que esta formación
publique en 2019 un nuevo disco, continuación del aclamado Dystopia
de 2016. Será el dieciseisavo
trabajo de la banda, y Dave Mustaine ya ha dejado caer un par de
veces que tiene posibilidades de ser el disco con el que ponga fin a
la exitosa carrera de Megadeth. El tiempo dirá si es así o no, por
lo pronto se prevé un grandes éxitos con material remasterizado
escogido por el propio Mustaine, que llevará por título Warheads
on Foreheads y que aterrizará
en las tiendas en marzo.
Más allá de
las opiniones encontradas que siempre ha generado la banda, y en
especial su líder, es innegable que Megadeth es una de las
formaciones más importantes e influyentes en la historia del metal.
Y aunque no es la primera vez que parecemos estar ante el fin de la
misma (lo comentamos más adelante), está claro que el temido día
en que cuelguen los instrumentos definitivamente se acerca de forma
irremediable (sin ir más lejos sus compañeros del Big 4, Slayer, se
encuentran en estos momentos realizando una exitosa gira de
despedida). Por ello, y para celebrar el legado de la banda, hemos
realizado este especial, en el que enumeraremos las etapas y
anécdotas más importantes en la historia de la formación tomando
como base un puñado de temas inusuales, de esos que no suelen
aparecer en las listas ni suelen tocar en directo y que, a buen
seguro, tampoco entrarán en el próximo recopilatorio de grandes
éxitos.
1. ASHES IN
YOUR MOUTH
(Ellefson,
Friedman, Menza, Mustaine)
Countdown
to Extinction. 1992.
A comienzos de la década de los
90 Megadeth se encontraban en la cima de su popularidad. Con una de
las formaciones más alabadas en la historia de la banda, y habiendo
entregado uno de los discos claves en la historia del thrash metal
como fue Rust in Peace (1990).
El propio
género que habían ayudado a crear y encumbrar, el thrash metal, se
encontraba también en un momento clave, tratando de reinventarse,
añadiendo elementos más melódicos y progresivos a la mezcla para
intentar huir del estancamiento de la formula. Los reyes del género,
Metallica, habían entregado un año antes un trabajo que
premeditadamente bajaba la velocidad y complejidad de la mezcla, el
aclamado disco negro, con temas más pesados y de estructuras más
sencillas, donde primaba el groove sobre la velocidad alocada
asociada al thrash.
Countdown to Extinction era
la apuesta de Megadeth ante este panorama de cambios en la escena.
Tras el trallazo sin descanso que supuso Rust in Peace
observamos una tendencia a
esquemas más sencillos, riffs más pesados y contundentes y
estructuras más accesibles en temas como Sweating Bullets
o Symphony of
Destruction (tema que quedaría
para la posteridad como himno de la banda). Daban paso a su vez a
ideas más melódicas y comerciales, reflejadas en Foreclosure
of a Dream o el tema que da
título al álbum. Y también quedaban algunos restos del viejo y
agresivo thrash en temas como High Speed Dirt,
pero como decimos ya solo de forma residual. Esto se aprecia
perfectamente en el tema que nos ocupa, con intrincados riffs de
thrash marca Mustaine, pero adornados esta vez con toques más
progresivos, que dan como resultado un tema sobresaliente, lleno de
fantásticas dinámicas y con toda la banda en un auténtico estado
de gracia. De esta forma cerraban un disco aclamado por público y
crítica, que cosechó también enormes ventas.
Por desgracia,
una vez alcanzada la cima, ya solo quedaba el duro camino cuesta
abajo. En los años venideros el thrash metal sufriría un tremendo
varapalo en popularidad y credibilidad, siendo eclipsado por nuevos
sonidos, como el grunge y el nu metal, comenzando así un largo
periodo en el que los grandes nombres del género se las tendrían
que apañar como pudiesen para mantenerse a un cierto nivel de
relevancia. Había comenzado la época oscura del thrash.
2.
USE THE MAN
(Mustaine,
Friedman)
Cryptic
Writings. 1997.
Principios y
mediados de los 90 fue sin duda la época del grunge. Grupos como
Nirvana, Soundgarden o Pearl Jam habían supuesto todo un terremoto
en la escena musical, y habían dado el golpe de gracia al metal en
general y al thrash en particular. ¿Qué podían hacer los grandes
del género para seguir siendo relevantes? Sin duda renunciar a su
marca e intentar reinventarse.
Como ya hemos
comentado Megadeth optaron, como muchos otros, por bajar las
revoluciones y añadir elementos nuevos en Countdown to Extinction
y, sobre todo, en su siguiente
trabajo, Youthanasia (1994).
Pero esto era insuficiente de cara al nuevo panorama reinante en la
industria, y por ello llevaron su cambio un poco más allá con su
disco Cryptic Writings (1997).
Aquí apreciamos también un intento de adaptarse a los nuevos
sonidos imperantes, con estribillos y arreglos mucho más ligeros y
comerciales, y una clara influencia de bandas como los mencionados
Soundgarden o Alice in Chains.
El
disco cosechó buenas críticas y unas ventas todavía envidiables.
Sin duda se trataba de un trabajo meditado y muy bien realizado, con
bastante coherencia interna. Y aunque conservaba cierta furia
metálica en temas como She-Wolf, FFF o
The Disintegrators, también
añadía sonidos, arreglos y estructuras nunca vistos en Megadeth,
como apreciamos en las descaradamente comerciales I'll get
Even, Almost Honest o Have
cool, Will travel (¿armónicas
en Megadeth?). Temas como estos sin duda harían torcer el gesto a
los viejos fanáticos del thrash, pero no importaba porque, en
realidad, tampoco parecía que quedasen muchos por ahí.
A
pesar de las claras concesiones a la comercialidad en los temas
mencionados, destinados sin reparo a reclutar nuevos oyentes dentro
de las huestes del grunge, en el disco encontramos también un buen
puñado de temazos muy bien compuestos, en los que la identidad de
Megadeth se mantenía y a la vez se expandía hacia nuevos terrenos
musicales, así ocurría en Trust, A Secret Place o
la emotiva Use the Man, que
cuenta con uno de los mejores textos de Mustaine, que ahonda en las
adicciones y las oportunidades perdidas.
Con
este trabajo Megadeth se apuntaron un tanto en un momento complejo,
consiguiendo reinventarse de forma satisfactoria, dando lugar a un
estupendo disco, variado y disfrutable, que aún hoy es señalado
dentro de las grandes obras de Megadeth y que no parecía presagiar
los descalabros que vendrían poco después.
3.
I'LL BE THERE
(Mustaine,
Friedman, Prager)
Risk.
1999.
Como
la jugada les había salido bien en Cryptic Writings,
Mustaine y sus chicos (entre los
que ya no se encontraba Nick Menza, primera baja de la legendaria
formación de los 90), decidieron forzar la máquina, reinventándose
otra vez y apostando muy fuerte por la comercialidad y los nuevos
sonidos imperantes. Por
desgracia esta vez la jugada no les salió tan bien. El grunge y el
nu metal habían revolucionado tanto el panorama metálico que cosas
como los complejos y veloces solos de guitarra o los dobles bombos
atronadores se veían como algo caduco, o directamente como motivo de
mofa entre los aficionados. Por tanto no encontramos ninguno de esos
viejos elementos aquí. En cambio sí encontramos temas mucho más
ligeros y comerciales. Para dar forma al nuevo disco Mustaine se
apoyó totalmente en su compañero Marty Friedman, que le aconsejó
huir lo máximo posible del thash metal y añadir elementos más
poperos e incluso ligeros toques electrónicos a su sonido.
Mustaine corrió un gran riesgo con este trabajo, y era lo que
pretendía, cabreado con unas declaraciones de su antiguo compañero
Lars Ulrich que dejaba caer que grupos como Megadeth no corrían
suficientes riesgos con su música. Por desgracia arriesgarse no
siempre significa ganar y el resultado, aunque tiene algunos momentos
destacables, fue un gran fiasco tanto de crítica como de público.
Comenzando por una portada horrorosa (que fue sustituida años más
tarde por otra algo más elaborada) y un Dave Mustaine totalmente
perdido en sonoridades muy ajenas al espíritu de la banda, solo
podemos calificar Risk como un disco totalmente fallido, con
una incómoda sensación de quiero y no puedo presente durante la
totalidad de un álbum irregular y errático que solo debe ser
considerado como una curiosidad dentro de su catálogo.
Pero este trabajo solo era el comienzo de la caída libre de
Megadeth, porque aún podían caer bastante más.
4. COMING
HOME
(Mustaine)
The World Needs a Hero
(Bonus Track Ed. Japonesa). 2001.
La mala
respuesta que obtuvo Risk a
todos los niveles creó diversas tensiones artísticas dentro de la
banda. Como ya hemos comentado Marty Friedman era uno de los que
opinaban que Megadeth debían abrirse a nuevos horizontes y abandonar
el thrash lo máximo posible, pero vistas las malas críticas y tibia
respuesta a su anterior trabajo, Mustaine
creía que debían dar un giro completo al timón y volver sobre sus
pasos. Esta división de opiniones desembocó en la partida de
Friedman de la banda tras nueve años en el puesto de guitarra
solista. Huiría rumbo a Japón, donde acabaría labrándose una
reputada carrera como solista, presentador de televisión y guitar
hero en general.
Por
su parte Mustaine grabó a fuego en su mente el lema aquel de: «si
quieres algo bien hecho hazlo tú mismo», y decidió componer y
producir en solitario el que sería el siguiente trabajo de Megadeth,
titulado The World Needs a Hero.
Tanto
el título como la portada del disco, en la que se veía de nuevo a
la mascota de la banda, Vic Rattlehead, emergiendo triunfal de las
entrañas de Mustaine, eran toda una declaración de intenciones:
Mustaine se proponía volver al metal y reclamar su puesto entre los
grandes. Por desgracia la música elaborada para ese triunfal regreso
no estaba a la altura.
Sería
injusto decir que The World Needs a Hero es
un mal disco, no lo es, pero desde luego tampoco es memorable. Se
aprecia un esfuerzo por volver a terrenos metálicos, con una
producción más cruda y sencilla y con composiciones más afiladas y
agresivas. El problema es que la inspiración no acompañaba y los
temas, aunque buenos, pasaban totalmente desapercibidos para el
oyente. El tema Return to Hangar resume
a la perfección los males del disco. Planeado como la segunda parte
de uno de los temas más míticos de Rust in Peace, nos
encontramos con que el
resultado por contra distaba mucho de aquel, con riffs bastante menos
memorables y un Al Pitrelli que, aunque correcto, estaba muy lejos de
la genialidad de Friedman. Y así pasaba con todo el disco, buenas
intenciones pero poca materialización.
La crítica no terminó de creerse lo de la «vuelta a las
raíces», y las ventas tampoco acompañaron mucho en un panorama
bastante poco apto para el metal en general, por lo que Megadeth,
lejos de recuperar ningún podio, fue relegada a banda de segunda
línea. Mustaine, aunque decepcionado, se mostraba con esperanzas
puestas en el futuro, asegurando haber encauzado el rumbo de
Megadeth. Poco podía sospechar que el final estaba cerca y que, tan
solo unos meses más tarde, la banda ya no existiría.
5. GOOD
MOURNING/BLACK FRIDAY
(Mustaine)
Peace Sells... but Who's
Buying? 1986.
Mustaine
siempre ha sido un tipo difícil, y tanto su carrera como incluso su
vida han pendido varias veces de un hilo. Por todos es sabido que su
expulsión de Metallica fue debida al carácter violento y los
problemas de alcoholismo que siempre han acompañado a Dave. Una vez
ya en Megadeth se metió de lleno en la heroína, llegando a tener
momentos bajísimos, como durante el rodaje del videoclip No More
Mr.Nice Guy, en el que se
tuvieron que repetir decenas de tomas y hacer magia en la sala de
montaje, ya que durante el rodaje el bueno de Dave estaba tan puesto
que no era capaz de coordinar las manos con la boca. Sus diversas
adicciones le han llevado a estar más de quince veces ingresado en
centros de rehabilitación, a estar varias veces a las puertas de la
muerte por sobredosis y, finalmente, a abrazar el cristianismo. La
carrera de Dave Mustaine, y por consiguiente de Megadeth, ha podido
acabar muchas veces y de muy diversas y trágicas formas, pero cuando
finalmente pasó no fue por un violento altercado o por una terrible
sobredosis, fue por quedarse dormido en una silla. Sí amigos, la
vida es sorprendente.
En el año 2002 Mustaine estaba recluido en un centro de Hunt,
Texas, para tratar su adicción a los analgésicos. Se encontraba
cansado y decidió echarse una cabezadita de media hora en una silla.
Cuando se despertó comprobó que había perdido la movilidad del
brazo izquierdo. Al principio se lo tomó con humor, se le había
dormido el brazo, sin más. Pero empezó a angustiarse de verdad
cuando, pasados varios minutos, la movilidad no volvía al brazo. Fue
corriendo al médico que le esclareció lo ocurrido: resulta que se
había dormido en una posición muy peculiar que había dañado
irremediablemente los nervios de su mano, necesitaría de meses de
dura rehabilitación para recuperar algo de movilidad, y no era
seguro que pudiese volver a tocar la guitarra nunca más.
El
mazazo fue terrible, y una vez recuperado del shock la primera
decisión, una de las más duras de su vida, fue evidente: Megadeth
había llegado a su fin. Así se anunció en rueda de prensa poco
después.
Recuerdo enterarme del fin de Megadeth por una de las revistas
musicales de la época, a través de un pequeño recuadro en la
sección de noticias. No hubo grandes despliegues, ni despedidas ni
homenajes. Tras varios fiascos seguidos Megadeth se encontraba en
esos momentos en un nivel de popularidad bajísimo, y su disolución
definitiva solo parecía el paso lógico tras años de deriva. Nadie
pareció especialmente sorprendido o preocupado por el fin de una
banda cuyos años de gloría habían quedado ya bastante atrás.
Ahora solo quedaba poner el punto final y disfrutar de su legado.
O quizás no...
6. BACK IN
THE DAY
(Mustaine)
The System Has Failed.
2004.
Mustaine no
solo es un tipo con una personalidad adictiva, también es bastante
cabezón, por lo que no se dio por vencido y, tras mucha
rehabilitación, consiguió superar el problema en su mano y volver a
tocar la guitarra en tiempo record, algo que sorprendió a sus
incrédulos médicos.
Con Megadeth
enterrados Dave se propuso comenzar una carrera en solitario. Compuso
un buen puñado de temas y contrató a un grupo de músicos de sesión
para grabarlos. El problema a la hora de editarlos fue que por
obligaciones contractuales aún debía un disco a la compañía bajo
la firma de Megadeth, así que aquel disco que iba a ser el debut de
Dave Mustaine en solitario se transformó en el décimo disco de
Megadeth, titulado The System Has Failed.
Ya
desde su primer corte, titulado Blackmail the Universe,
podíamos comprobar con
entusiasmo y cierta sorpresa que Mustaine había recuperado su mojo.
Ya solo este tema estaba a un nivel bastante superior a todo lo
editado por la banda desde hacía años, y el resto del disco
sorprendentemente estaba a la altura.
Con
una formación de ensueño, que incluía al enorme batería Vinnie
Colaiuta, el bajista Jimmie Lee Sloas (por primera vez desde su
formación un disco de Megadeth no contaba con la labor de Dave
Ellefson) y el regreso en la guitarra solista de Chris Poland, viejo
conocido de los primeros discos de la banda. Contando con una
producción fabulosa y, por fin, una serie de temas inspirados y
coherentes, podemos considerar The System Has Failed como
el verdadero resurgir de Megadeth en todos los sentidos. Había
auténticos trallazos, como el tema mencionado o Kick the
Chair, medios tiempos repletos
de riffs inspirados en The Scorpion o My Kingdom, textos
de corte político (The System Has Failed)
y autobiográfico (Of
Mice and Man, Back in the Day)
y, sobre todo, la esencia y el sabor de los mejores Megadeth
planeando por el que podría decirse, con permiso de Cryptic,
que era el mejor lanzamiento de
la banda desde Youthanasia. Megadeth
habían regresado por la puerta grande.
7.
BURNT ICE
(Mustaine)
United
Abominations. 2007.
Las
críticas a The System Has Failed fueron
fabulosas. Y las ventas, aunque alejadas de los días de mayor
gloria, tampoco se quedaron atrás. El panorama musical también era
propicio, la gente volvía a tener hambre de metal, la ola de metal
escandinavo pegaba con fuerza y toda una nueva generación de jóvenes
volvían a enorgullecerse de lucir camisetas de bandas metálicas
como Children of Bodom, Nightwish o Arch Enemy. Uno de los sellos
discográficos más importantes para este resurgimiento del metal fue
Roadrunner, con quienes Mustaine firmó para publicar sus siguientes
trabajos. Renunciando a la idea de una carrera en solitario, algo
absurdo ya que Dave es Megadeth y Megadeth es Dave, el bueno de
Mustaine reclutó a los hermanos Drover y rehízo la formación de la
banda con vistas a la estabilidad futura.
Su
debut para Roadrunner siguió la estela de inspiración abierta por
The System Has Failed: otro
buen puñado de temas metálicos y furiosos, producidos enérgicamente
por Andy Sneap, con baterías y guitarras atronadoras y solos por
todas partes. Contaba también con una pequeña concesión a la
comercialidad, regrabando su mítica balada A Tout le Monde
junto a una de las estrellas del
metal emergentes, Cristina Scabbia de Lacuna Coil. Un movimiento
innecesario pero comprensible para llamar la atención de las nuevas
generaciones de oyentes.
United
Abominations tuvo una muy buena
respuesta tanto de crítica como de público. Megadeth estaban
imparables y reclamaban su puesto en la escena. Se avecinaba algo
gordo.
8.
1320
(Mustaine)
Endgame.
2009.
La
banda sufrió un pequeño varapalo cuando el guitarrista Glen Drover
decidió abandonar la formación para pasar más tiempo con su
familia. Dave contrató a Chris Broderick para cubrir el puesto, todo
un virtuoso en alza que maravillaba a las publicaciones de guitarra
con sus piruetas sobre el mástil. Con este nuevo recluta se metió
en el estudio de grabación, en el que le esperaba nuevamente Andy
Sneap a los mandos, para dar forma al que sería unos de los discos
más celebrados de la banda.
Endgame se
publicó en Septiembre de 2009, y desde su mismo lanzamiento se
encumbró al puesto de clásico. Por fin se alineaba todo, el disco
perfecto en el momento perfecto. La crítica puso por las nubes esta
muestra de fuerza y oficio sin fisuras. Era el disco de Megadeth que
todo el mundo quería: 45 minutos de puro metal sin descanso,
plagados de virtuosismo, con puñados de riffs y solos
sobresalientes. Once temas redondos e inspirados, sin ningún
relleno, que mostraban la mejor cara de la banda y que poseían una
potencia que ya nadie se esperaba a estas alturas.
Endgame
descansa plácidamente en lo
alto del podio entre los grandes discos de Megadeth, junto a Rust
in Peace, Countdown o Peace
Sells. Pero como ya habrás
comprobado por lo que llevamos de texto la historia de Megadeth es la
historia de los altibajos, y si con este disco alcanzaron el pináculo
de su «segunda etapa» estaba claro que lo que vendría a
continuación sería nuevamente la cuesta abajo.
9. THE
BLACKEST CROW
(Mustaine)
Super Collider. 2013.
Dicen que el
trece es un número desafortunado. En el caso de Megadeth así fue
con respecto a su treceavo trabajo discográfico. Mustaine no estaba
contento con la gestión de Roadrunner, opinaba que Endgame no
había recibido el suficiente apoyo y la promoción que merecía su
calidad y que podría haber llegado más alto. Esa sospecha hizo que
quisiese dejar la compañía, pero nuevamente estaba atado a un
contrato que exigía un nuevo disco de Megadeth antes de poder
abandonarlos. Intentando quitarse responsabilidades cuanto antes
Mustaine les entregó Thirteen (2011),
un disco que, aunque tiene sus
momentos, es un trabajo hecho con prisas y desgana, destinado
únicamente a cerrar el contrato, y eso se nota. Para
empezar la mayoría de los temas ni siquiera eran totalmente
inéditos, sino que habían aparecido ya en diversas bandas sonoras y
habían sido regrabados para la ocasión, y los temas verdaderamente
nuevos resultaban muy poco inspirados. En resumen se trata de un
trabajo menor, correcto pero a años luz de Endgame, del
que no obstante podemos destacar que significó el regreso del
miembro fundador Ellefson al bajo, tras haber enterrado el hacha de
guerra con Mustaine.
Tras
el típico periodo en la carretera, que incluyó una serie de shows
especiales celebrando el aniversario de Countdown to
Extinction, la banda entró
nuevamente en el estudio. Su nuevo disco, titulado Super
Collider (2013), era
esperado con bastantes ganas, Mustaine se había mostrado
entusiasmado con las nuevas composiciones y prometía algo diferente
y demoledor. Cuando finalmente se editó el disco debutó muy bien en
las listas, alcanzando el mejor puesto de la banda desde la época de
Youthanasia, lo que
confirmaba las ganas del público por nueva música, pero una vez
escuchado la crítica lo vapuleó, y el público en líneas generales
también se mostró bastante decepcionado. El problema es que todo el
mundo esperaba con ansias una continuación de Endgame y
Mustaine, por contra, había tirado por un camino completamente
distinto. Personalmente creo que Super Collider es
un buen disco que ha sido injustamente apaleado. Al igual que sucedió
con Risk e incluso, en
menor medida, con Cryptic Writings, lo
que Dave pretendía
era ofrecer algo fresco y novedoso, pero se encontró con la
reticencia de un público que demandaba algo más tradicional al
espíritu de la banda. Si se escucha el disco con una mentalidad
abierta nos encontramos con una sólida colección de temas, no
exentos muchos de ellos de bastante filo. Seguía habiendo metal
(Kingmaker, Burnt!, Build for War, Dance in the Rain). Pero
también teníamos cortes más comerciales (Super Collider,
Forget to Remember) y atmósferas
completamente nuevas en Megadeth, como el tema de aires sureños
The Blackest Crow o A
House Divided, bonus
track de la edición especial, que cuenta con unos estupendos
arreglos de viento de sabor mejicano nunca escuchados en Megadeth que
dan al tema un carácter muy especial. Algunos de estos cortes harían
torcer mucho el gesto de los aficionados al metal, y con razón, pero
siendo objetivos podemos decir que se trata de buenas composiciones,
muy disfrutables si nos alejamos de ideas preconcebidas.
En cualquier caso Super Collider supuso un fracaso total
de crítica y público, y provocó la partida de Chris Broderick y
Shawn Drover por diferencias creativas. Otra vez Dave se encontraba
medio solo y con el entorno totalmente en contra, ¿podría
levantarse nuevamente?
10. THE
SKULL BENEATH THE SKIN
(Mustaine)
Killing
Is My Business... and Business Is Good! 1985.
Dave se mostró bastante decepcionado con la respuesta dada a
Super Collider, pero aceptó la situación y se dijo que si la
gente lo que quería era metal veloz y furioso, sin fusiones extrañas
ni excentricidades, podía darles otra ración perfectamente, sabía
de sobra como hacerlo. Suplió las bajas con dos fichajes de altura:
Kiko Loureiro, virtuoso guitarrista de la banda de power metal Angra,
y Chris Adler, batería de los brutales Lamb of God, aunque este
último era un fichaje en principio sin continuidad a largo plazo,
reclutado solo para la grabación del álbum y algunos shows
posteriores. El resultado, titulado Dystopia (2016), se dejaba
de experimentos raros y mostraba la cara más agresiva de Mustaine,
siendo una continuación espiritual de Endgame, ni más ni
menos que lo que la gente esperaba y quería de Megadeth, por ello
recibió al instante estupendas críticas y congració de nuevo a la
banda con su público, como se demostró en la exitosa gira
posterior.
En estos momentos la banda se encuentra en el estudio, dando
forma a otra obra que se prevé agresiva al máximo y que quizás sea
el punto final a la historia de una banda fascinante e imprescindible
en la historia del metal. Una idea surgida en la mente de un Dave
Mustaine adolescente, rabiando en la parte trasera de un autobús que
le llevaba de vuelta a casa tras ser expulsado de Metallica, y que
afronta ahora un nuevo capítulo con la ilusión y seguridad que dan
más de tres décadas de trabajo y entrega. Nosotros ya esperamos con
ganas este nuevo disco, que imaginamos será uno de los grandes
lanzamientos de este año.
¡Aguante Megadeth!
Este texto se escribió originalmente para la web musical Diablorock:
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