Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

sábado, 20 de octubre de 2012

UNAS RISAS








A las 3
o las 4
o las 5
o las 6
de la mañana...
Recorriendo las calles
plagadas de sombras.
Encontrando cómplices perdidos
que me invitan a tragos.
Husmeando por los bares
del húmedo.

En uno
una chica me dice,
SONRIENDO,
que mi cara es muy dura,
que siempre estoy serio,
que nunca me veía
REÍR.

La ignoro
y sigo bebiendo
y bebiendo
SIN REÍR
hasta que,
tambaleante,
vuelvo,
solo,
a mi cuarto de alquiler,
y allí me derrumbo
vencido por el peso del alcohol,
y la culpa,
y la vida,
y
haciendo malabarismos
consigo quitarme los zapatos,
inundando el cuarto
con el olor de mis pies,
una peste mucho más horrible
que lo peor que puedas
imaginar.

Intento desvestirme,
pero no puedo,
tengo la movilidad de un pez
que saltó de su pecera,
desisto y pienso:

"Quizás me muera
como Hendrix"

Me giro,
los noto,
siento su presencia
en la esquina de la habitación,
puedo oírles,
a Hunter
y a Hank.
Comentan,
se beben mi birra,
me miran
y
RÍEN.

Su aprobación,
la de dos muertos,
es la única que me importa.
Y mientras todo gira,
al final,
yo también
RÍO.

La apuesta está echada,
resaca o muerte,
lanzo la ruleta,
nunca he sido más feliz.
Mañana os cuento

o quizás

no.

5 comentarios:

  1. El alcohol es un duende venenoso y útil que te agarra las tripas y te mata o te salva. Y no por ese ordén... Tú poema huele a ron con cocacola. O a ginebra sola. Me gusta.

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno! lo comparto en facebook, un saludo!

    ResponderEliminar
  3. muy bueno, Carlos. está ya in Hank

    http://odklas.blogspot.com.es/2012/10/unas-risas.html

    salud

    v

    ResponderEliminar
  4. Breve e intenso, como un chupito de absenta.
    Buen material.

    ResponderEliminar
  5. si, huele a alcohol, a cenicero y a pies... gracias por leer. salud!

    ResponderEliminar