Por
fin se reedita en nuestro país el volumen de memorias de uno de
nuestros artistas fetiche, el incombustible (a pesar del elevado
nivel de alcohol en sangre) Ozzy Osbourne, el mismísimo príncipe de
las tinieblas.
Este
libro ya fue editado hace siete años por la editorial Global Rhythm
Press, que en su día tomó la cuestionable decisión de añadirle el
título Confieso que he
bebido, jugando
al chiste fácil con el título de las memorias del escritor Pablo
Neruda. Dicha edición se agotó hace tiempo, y la única posibilidad
de conseguir el libro era buscando en el mercado de segunda mano,
encontrándote a veces ante precios completamente abusivos. Por
suerte para los fans los veteranos editores de Es Pop ediciones, que
en su estupendo catálogo cuentan con otras imprescindibles memorias
rockeras como las de Lemmy, Motley Crue o Slash, han acudido al
rescate poniendo nuevamente el libro en la calle, conservando la
estupenda traducción de Pablo Álvarez y manteniendo esta vez
inalterado el sencillo título de Soy
Ozzy. Las memorias de Ozzy Osbourne.
Detalles editoriales aparte nos encontramos, como no podía ser
de otra forma, ante todo un clásico de la literatura rockera. Un
libro de compra obligada tanto para fans de Ozzy como de Black
Sabbath, pero que también disfrutarán los aficionados tanto de la
música como de las biografías.
Si
hay unas palabras que han acompañado a Ozzy Osbourne en la totalidad
de su dilatada carrera estas han sido locura y excesos. No hace falta
ser un experto en el personaje para que enseguida te venga a la mente
la imagen de un Ozzy psicótico totalmente fuera de control
arrancando la cabeza de una paloma de un mordisco, o la estampa de su
majestad satánica en bata, balbuceando y peleándose con el mando a
distancia de la tele en mitad de su mansión en algún capítulo de
The Osbournes.
Dichas
imágenes pertenecen ya al imaginario colectivo del rock y
representan a un tipo que sin duda es una leyenda de la música por
méritos propios. Por lo tanto es fácil adivinar que la historia de
su vida tiene que ser, cuanto menos, movidita.
En este grueso volumen nos encontramos ante el increíble relato
de cómo el tipo más zumbado, idiota y borracho del pueblo consigue
llegar a la cima del éxito en la industria musical, siendo
considerado uno de los padres de un nuevo y exitoso género conocido
como heavy metal, realizando extensas giras mundiales, grabando
discos legendarios y amasando una fortuna. Y todo ello estando pedo
las 24 horas del día, cometiendo cagada tras cagada, esquivando a la
muerte en varias ocasiones y sin tener en realidad ni idea de cómo
ha conseguido llegar a donde está. Curiosa historia, ¿verdad?
El bueno de Ozzy Osbourne, con la ayuda del escritor y
periodista Chris Ayres, consigue dar a luz un texto dinámico y muy
divertido, un libro en el que no se esconde lo más mínimo ni
pretende quedar bien, sino todo lo contrario, con pasajes de un
patetismo extremo donde Ozzy sin duda queda a la altura del fango
(episodios de violencia machista y maltrato a animales incluidos),
pero que a pesar de todo hacen que simpatices totalmente con el
personaje, un mero bufón que solo busca divertirse y buscarse la
vida esquivando sus inseguridades, y que se vuelve entrañable
mientras alucinas con cada una de sus locuras, cada vez más
extremas, consiguiendo que te alegres cuando, a pesar de todo, el
cabrón siempre acaba cayendo de pie.
La
lectura resulta ágil en todo momento y entretenida al máximo.
Escrito a modo confesional la sensación que te embarga ante el libro
es la de que el propio Ozzy, con sus gafas de sol y una taza de te en
la mano, es el que te está contando la historia sentado en el sofá
de al lado, de una forma totalmente cercana y desenfadada. Ozzy dice
que siempre le ha gustado entretener a la gente, y que la única
forma que ha encontrado para hacerlo desde siempre es a través de
sus payasadas y ocurrencias. Así pasa también con este libro,
divertido como pocos, en el que incluso en sus pasajes más fuertes o
tristes consigue sacar algún chascarrillo para aligerar la carga,
por lo que las partes más dramáticas, como pudiesen ser la muerte
de seres queridos o su inmersión suicida en las adicciones, resultan
algo menos solemnes que en otros libros del estilo, como por ejemplo
las memorias de Slash o Motley Crue.
Ozzy se cura en salud y da toda una declaración de intenciones
ya desde la primera página, en la que advierte que lo que vas a leer
es lo que ha conseguido rascar de su maltrecho cerebro, por lo que
sus recuerdos pueden no ser del todo exactos debido a su estado de
ebriedad constante en el momento en que ocurrieron. De esta forma se
libra de las críticas de los que busquen un relato contrastado y
enciclopédico, claramente no es esa su intención con este libro.
Por contra nos brinda un glosario de anécdotas en orden cronológico
que cubren un viaje alucinado de seis décadas. Asistimos así a su
infancia en una humilde familia trabajadora de Aston, un pueblucho al
oeste de Inglaterra. Su desastroso paso por la escuela, con problemas
de integración y aprendizaje que lo dejaban marcado para el fracaso
seguro y el trabajo no especializado, y su primer gran golpe de
suerte, al ser elegido como cantante de Black Sabbath, no por su
experiencia y buen hacer, sino simplemente porque era el único de la
zona que tenía un micro y un ampli, lo que limitaba enormemente las
opciones. Y así, aún ante la desconfianza inicial del guitarrista
Tony Iommi («¿cómo vamos a contratar a este tío?¡Era el payaso
de la clase!») ingresaba en la banda que lo llevaría al estrellato.
La
parte de Black Sabbath es la más jugosa y en la que más se explaya.
Habla de los inicios de la banda intentando abrirse camino y buscar
un sonido propio, así como su insólito y veloz salto a la fama que
los llevó a pasar, en tan solo unos meses, de ser cuatro
desarrapados de Birmingham a ser una de las bandas más célebres del
panorama. Entonces llegaron las ventas millonarias, las multitudes y
los excesos. Excesos que alcanzaron su cenit durante la grabación
del disco Vol. 4,
disco que en un principio pensaron titular Snowblind
debido
al legendario consumo de cocaína que arrastraban todos los miembros
de la banda. Como imaginarás las anécdotas que se relatan en esta
parte son antológicas.
Finalmente,
debido a sus incontrolables adicciones, es expulsado de Sabbath y se
queda hecho un guiñapo, para ser rescatado por su desde entonces
inseparable compañera Sharon y dar inicio a otro periodo, igual de
importante e influyente, como es su carrera en solitario. Por
desgracia no dedica tanto mimo a esta etapa como a la de Sabbath y es
la parte del libro que resultará más frustrante para el fan
enciclopédico. Es asombrosa la cantidad de datos que se deja el
bueno de Ozz en el tintero. Hay giras, colaboraciones y discos al
completo que ni siquiera menciona de pasada, lo cual es una auténtica
pena. Personalmente me habría gustado que mencionase su gira con los
Metallica de la época Master,
su
gira con Pantera, o que se detuviese más en el proceso de
composición y grabación de Ozzmosis
por
ejemplo. Por contra nos relata su vida en general más allá del
plano artístico, donde también hay tela que cortar: su lucha contra
las adicciones descontroladas, su intento por mantener unida a su
familia o el golpe de celebridad absoluta con el programa televisivo
The Osbournes.
Finalmente
cerramos la historia con un Ozzy desenganchado y feliz, dando gracias
por una vida de suerte, éxito y supervivencia totalmente inaudita.
Como decimos se trata de un libro ameno y divertido, enfocado
evidentemente al fanático pero disfrutable por cualquier lector (mi
compañero de piso, que no se lee un libro jamás y que tampoco es
especialmente seguidor de Ozzy, tardó tan solo cuatro días en
zamparse el grueso volumen, y desde aquí se oían sus carcajadas),
en el que como decimos solo flojea un poco el repaso a su carrera
como solista.
Respecto a la edición poco más hay que añadir, la gente de Es
Pop son de fiar, el libro es asequible y está bien editado, la
traducción mantiene el estilo expresivo de Ozzy y la selección de
fotos sirve como perfecto complemento. Quizás se haya colado alguna
pequeña errata de más en el texto, pero nada que empañe el gozo de
la lectura. En definitiva un regalo que cualquier fanático del rollo
debería hacerse.
Nota:
Puedes leer un pequeño adelanto del libro a través de la web de la
editorial:
http://espop.es/catalogo/fuera-de-coleccion/soy-ozzy/Este texto se escribió para la web musical Diablorock:
https://diablorock.com/2018/09/07/soy-ozzy-las-memorias-de-ozzy-osbourne/
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