Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

martes, 11 de septiembre de 2018

CRÍTICA: SOY OZZY. LAS MEMORIAS DE OZZY OSBOURNE.



Por fin se reedita en nuestro país el volumen de memorias de uno de nuestros artistas fetiche, el incombustible (a pesar del elevado nivel de alcohol en sangre) Ozzy Osbourne, el mismísimo príncipe de las tinieblas.
Este libro ya fue editado hace siete años por la editorial Global Rhythm Press, que en su día tomó la cuestionable decisión de añadirle el título Confieso que he bebido, jugando al chiste fácil con el título de las memorias del escritor Pablo Neruda. Dicha edición se agotó hace tiempo, y la única posibilidad de conseguir el libro era buscando en el mercado de segunda mano, encontrándote a veces ante precios completamente abusivos. Por suerte para los fans los veteranos editores de Es Pop ediciones, que en su estupendo catálogo cuentan con otras imprescindibles memorias rockeras como las de Lemmy, Motley Crue o Slash, han acudido al rescate poniendo nuevamente el libro en la calle, conservando la estupenda traducción de Pablo Álvarez y manteniendo esta vez inalterado el sencillo título de Soy Ozzy. Las memorias de Ozzy Osbourne.
Detalles editoriales aparte nos encontramos, como no podía ser de otra forma, ante todo un clásico de la literatura rockera. Un libro de compra obligada tanto para fans de Ozzy como de Black Sabbath, pero que también disfrutarán los aficionados tanto de la música como de las biografías.
Si hay unas palabras que han acompañado a Ozzy Osbourne en la totalidad de su dilatada carrera estas han sido locura y excesos. No hace falta ser un experto en el personaje para que enseguida te venga a la mente la imagen de un Ozzy psicótico totalmente fuera de control arrancando la cabeza de una paloma de un mordisco, o la estampa de su majestad satánica en bata, balbuceando y peleándose con el mando a distancia de la tele en mitad de su mansión en algún capítulo de The Osbournes. Dichas imágenes pertenecen ya al imaginario colectivo del rock y representan a un tipo que sin duda es una leyenda de la música por méritos propios. Por lo tanto es fácil adivinar que la historia de su vida tiene que ser, cuanto menos, movidita.
En este grueso volumen nos encontramos ante el increíble relato de cómo el tipo más zumbado, idiota y borracho del pueblo consigue llegar a la cima del éxito en la industria musical, siendo considerado uno de los padres de un nuevo y exitoso género conocido como heavy metal, realizando extensas giras mundiales, grabando discos legendarios y amasando una fortuna. Y todo ello estando pedo las 24 horas del día, cometiendo cagada tras cagada, esquivando a la muerte en varias ocasiones y sin tener en realidad ni idea de cómo ha conseguido llegar a donde está. Curiosa historia, ¿verdad?
El bueno de Ozzy Osbourne, con la ayuda del escritor y periodista Chris Ayres, consigue dar a luz un texto dinámico y muy divertido, un libro en el que no se esconde lo más mínimo ni pretende quedar bien, sino todo lo contrario, con pasajes de un patetismo extremo donde Ozzy sin duda queda a la altura del fango (episodios de violencia machista y maltrato a animales incluidos), pero que a pesar de todo hacen que simpatices totalmente con el personaje, un mero bufón que solo busca divertirse y buscarse la vida esquivando sus inseguridades, y que se vuelve entrañable mientras alucinas con cada una de sus locuras, cada vez más extremas, consiguiendo que te alegres cuando, a pesar de todo, el cabrón siempre acaba cayendo de pie.
La lectura resulta ágil en todo momento y entretenida al máximo. Escrito a modo confesional la sensación que te embarga ante el libro es la de que el propio Ozzy, con sus gafas de sol y una taza de te en la mano, es el que te está contando la historia sentado en el sofá de al lado, de una forma totalmente cercana y desenfadada. Ozzy dice que siempre le ha gustado entretener a la gente, y que la única forma que ha encontrado para hacerlo desde siempre es a través de sus payasadas y ocurrencias. Así pasa también con este libro, divertido como pocos, en el que incluso en sus pasajes más fuertes o tristes consigue sacar algún chascarrillo para aligerar la carga, por lo que las partes más dramáticas, como pudiesen ser la muerte de seres queridos o su inmersión suicida en las adicciones, resultan algo menos solemnes que en otros libros del estilo, como por ejemplo las memorias de Slash o Motley Crue.
Ozzy se cura en salud y da toda una declaración de intenciones ya desde la primera página, en la que advierte que lo que vas a leer es lo que ha conseguido rascar de su maltrecho cerebro, por lo que sus recuerdos pueden no ser del todo exactos debido a su estado de ebriedad constante en el momento en que ocurrieron. De esta forma se libra de las críticas de los que busquen un relato contrastado y enciclopédico, claramente no es esa su intención con este libro. Por contra nos brinda un glosario de anécdotas en orden cronológico que cubren un viaje alucinado de seis décadas. Asistimos así a su infancia en una humilde familia trabajadora de Aston, un pueblucho al oeste de Inglaterra. Su desastroso paso por la escuela, con problemas de integración y aprendizaje que lo dejaban marcado para el fracaso seguro y el trabajo no especializado, y su primer gran golpe de suerte, al ser elegido como cantante de Black Sabbath, no por su experiencia y buen hacer, sino simplemente porque era el único de la zona que tenía un micro y un ampli, lo que limitaba enormemente las opciones. Y así, aún ante la desconfianza inicial del guitarrista Tony Iommi («¿cómo vamos a contratar a este tío?¡Era el payaso de la clase!») ingresaba en la banda que lo llevaría al estrellato.
La parte de Black Sabbath es la más jugosa y en la que más se explaya. Habla de los inicios de la banda intentando abrirse camino y buscar un sonido propio, así como su insólito y veloz salto a la fama que los llevó a pasar, en tan solo unos meses, de ser cuatro desarrapados de Birmingham a ser una de las bandas más célebres del panorama. Entonces llegaron las ventas millonarias, las multitudes y los excesos. Excesos que alcanzaron su cenit durante la grabación del disco Vol. 4, disco que en un principio pensaron titular Snowblind debido al legendario consumo de cocaína que arrastraban todos los miembros de la banda. Como imaginarás las anécdotas que se relatan en esta parte son antológicas.
Finalmente, debido a sus incontrolables adicciones, es expulsado de Sabbath y se queda hecho un guiñapo, para ser rescatado por su desde entonces inseparable compañera Sharon y dar inicio a otro periodo, igual de importante e influyente, como es su carrera en solitario. Por desgracia no dedica tanto mimo a esta etapa como a la de Sabbath y es la parte del libro que resultará más frustrante para el fan enciclopédico. Es asombrosa la cantidad de datos que se deja el bueno de Ozz en el tintero. Hay giras, colaboraciones y discos al completo que ni siquiera menciona de pasada, lo cual es una auténtica pena. Personalmente me habría gustado que mencionase su gira con los Metallica de la época Master, su gira con Pantera, o que se detuviese más en el proceso de composición y grabación de Ozzmosis por ejemplo. Por contra nos relata su vida en general más allá del plano artístico, donde también hay tela que cortar: su lucha contra las adicciones descontroladas, su intento por mantener unida a su familia o el golpe de celebridad absoluta con el programa televisivo The Osbournes. Finalmente cerramos la historia con un Ozzy desenganchado y feliz, dando gracias por una vida de suerte, éxito y supervivencia totalmente inaudita.
Como decimos se trata de un libro ameno y divertido, enfocado evidentemente al fanático pero disfrutable por cualquier lector (mi compañero de piso, que no se lee un libro jamás y que tampoco es especialmente seguidor de Ozzy, tardó tan solo cuatro días en zamparse el grueso volumen, y desde aquí se oían sus carcajadas), en el que como decimos solo flojea un poco el repaso a su carrera como solista.
Respecto a la edición poco más hay que añadir, la gente de Es Pop son de fiar, el libro es asequible y está bien editado, la traducción mantiene el estilo expresivo de Ozzy y la selección de fotos sirve como perfecto complemento. Quizás se haya colado alguna pequeña errata de más en el texto, pero nada que empañe el gozo de la lectura. En definitiva un regalo que cualquier fanático del rollo debería hacerse.

Nota: Puedes leer un pequeño adelanto del libro a través de la web de la editorial:
http://espop.es/catalogo/fuera-de-coleccion/soy-ozzy/


Este texto se escribió para la web musical Diablorock:
https://diablorock.com/2018/09/07/soy-ozzy-las-memorias-de-ozzy-osbourne/


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