Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

miércoles, 15 de enero de 2020

CRÍTICA: LINDEMANN - F & M (2019)






Parece que Till Lindemann, el icónico cantante y frontman de la banda Rammstein, atraviesa un buen momento creativo. Tan solo medio año después de publicar el esperado regreso de la mastodóntica banda alemana, con todo lo que implica mover semejante maquinaria, se lanza ahora a publicar un nuevo disco de su proyecto más personal Lindemann, en lo que no deja de ser un curioso movimiento de marketing, ya que precisamente este trabajo se puede ver eclipsado por las exigencias de su banda principal. En cualquier caso no creemos que el bueno de Till le de muchas vueltas a eso, ya que salta a la vista que este proyecto está realizado con desenfado y sin más pretensiones que expresarse y pasar un buen rato al margen de una banda con las enormes presiones y exigencias como ha de ser Rammstein.
Como en la anterior ocasión, el disco Skills In Pills (2015), este nuevo trabajo es un mano a mano entre el propio Till y el músico sueco Peter Tägtgren (Hypocrisy, Pain). Y si en aquella ocasión Lindemann optó por cantar en inglés, lo que ya suponía una notable diferencia con Rammstein, en este trabajo regresa a su lengua materna, el alemán. El cantar en alemán hace que para la mayoría sea más complicado descifrar el contenido de sus textos, pero parece que Till continúa explorando sus obsesiones, especialmente en el plano afectivo y sexual, siempre bajo su ética particular y con su peculiar sentido del humor. Till Lindemann no es que sea precisamente un cantante de recursos ilimitados, y aunque cantando en alemán se le vea bastante más cómodo que cantando en inglés, el tirar por esa opción implica meterse en un estilo vocal demasiado similar al de Rammstein. ¿Será la música entonces lo bastante novedosa para justificar este trabajo? Pongámonos a escucharlo...
El disco se abre con Steh Auf, un tema estupendo, cañero y enormemente pegadizo, que ya se mostró como adelanto hace un par de meses acompañado de un delirante videoclip obra del director Zoran Bihac, cuando entras dentro ya no se te va de la cabeza. Tras este inmejorable comienzo nos llega Ich Weib Es Nicht, otro trallazo rompecuellos cuyo sonido recuerda bastante a lo que Till nos tiene acostumbrados en su banda principal. Y las revoluciones no bajan con el tercero, Allesfresser, que personalmente me parece el mejor tema del álbum: directo, pegadizo, con unas dinámicas y arreglos estupendos y un break que es pura rabia. Estamos ante el tema ideal para poner a todo volumen. A estas alturas de disco uno no puede evitar realizar las morbosas comparaciones con el último trabajo de Rammstein, y si para bien parece que estos temas pueden mirar a la cara a los editados con la banda que le ha llevado al estrellato, también hay una sensación de que son un poco «más de lo mismo». Por suerte el trabajo nos tiene reservadas algunas sorpresas y agradables giros de timón. La primera sorpresa llega con Knebel, una canción acústica con típico sabor a folk irlandés que nos transporta de inmediato a una humeante y oscura taberna a las tantas de la noche. Ojo a la letra porque no tiene desperdicio. Otro tema que nos hace irremediablemente poner cara de incredulidad es Ach So Gern, en el que el bueno de Till se marca ni más ni menos que un tango argentino con mandolinas y todo. En Platz Eins el dúo nos regala un tema electrónico de claros aires darkwave, y en Mathematik tejen una especie de rap extraño, en una versión más pausada e inquietante que la remezcla que salió en diciembre del año pasado y que causó bastante revuelo entre los fans de Lindemann, acusándole los más airados de haberse lanzado al trap.
Llegados a este punto podemos afirmar que estamos ante un trabajo cuanto menos entretenido y variado. No se trata de un disco que destaque especialmente en ningún aspecto, ni pasará a los anales de la historia en modo alguno, ya que aunque resulte muy curioso escuchar a Lindemann desenvolverse en otros géneros los temas en concreto no pasan de ser meramente correctos. El disco también cuenta con una evidente cota de relleno, como la predecible Blur o la pretenciosa Wer Weib Das Schon. Pero aún con todo lo mencionado este nuevo trabajo de Lindemann resulta ligeramente superior a lo ya mostrado en su debut Skills In Pills, y cumple más que de sobra su función de entretener durante tres cuartos de hora. Evidentemente si aprecias el trabajo de Rammstein y los sonidos afines tienes ya bastante camino andado para disfrutar del disco, pero en cualquier caso este F & M merece sin duda unas cuantas escuchas libres de prejuicios.




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