Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

jueves, 14 de octubre de 2010

FAMILIA


El hombre, está científicamente comprobado, aparece sobre la tierra a principios de la era cuaternaria, hace más de 600.000 años.
...Los enterramientos, que como es natural son uno de los hallazgos más frecuentes de la arqueología prehistórica, constituyen la fuente más antigua para reconstruir las ideas religiosas de nuestros remotos antepasados...
El hecho mismo del enterramiento...demuestra una creencia firme en un más allá, en que la existencia no termina con el último aliento y en que el muerto sigue existiendo de alguna manera...
Las sepulturas y los ritos que las acompañan permiten otras deducciones: La primera es el convencimiento de que los muertos conservan en el otro mundo la conciencia de su personalidad, porque la vuelta a la vida cósmica, la confusión de la materia del cuerpo y de la energía o alma con los elementos físicos y energéticos que constituyen el universo, equivaldría a la destrucción total del hombre como tal hombre, y no justificaría el cuidado de su cadáver ni de su alma.

Carlos Cid y Manuel Riu, "Historia de las religiones" 2003







18 de Marzo.


Me he despertado a causa de los rayos. Han caído muy cerca.
Estas tormentas de rayos me visitan prácticamente a diario. Y esta ha pasado realmente cerca. Estaba convencido de que esta vez era la buena, que me caería uno en la cabeza y acabaría con todo definitivamente. No ha sido así.
Nunca habían estado tan cerca. Eran como un bombardeo, la noche se iluminaba, y luego el estridente sonido. Y yo ahí, acurrucado bajo la cama, esperando el final.
Es extraño, estas tormentas sin agua. Antes veías los rayos, escuchabas los truenos y sabías que la lluvia estaba cerca, ahora una cosa no significa la otra. Hace meses que no llueve, ya no recuerdo ni como era. Recuerdo que me encantaban los días de lluvia, el olor a humedad, las calles mojadas y grises, con la gente corriendo de un lado a otro para protegerse, el ruido que hacía la lluvia al caer formando una sinfonía caótica. Siempre aprovechaba para salir a la calle y pasear bajo la lluvia, me daba paz, me gustaba sentir el agua corriendo por mi cuerpo, luego, claro, a veces me constipaba, jajaja. A pasado tanto tiempo, tantas cosas...¿Cuándo fue la última vez que vi llover? Quién sabe. La lluvia se ha largado a otra parte. Quizás en el otro extremo del planeta esté lloviendo a diario, inundaciones, huracanes, días y días lloviendo, pero sin un solo rayo, tormentas huracanadas sin avisar. No me extrañaría en absoluto, la naturaleza se ha vuelto loca, se está vengando, yo lo veo bien, tenía que pasar tarde o temprano.
El caso es que al final no me ha caído ningún rayo en la cabeza, sigo aquí. Aunque supongo que he perdido audición. Los oídos no paran de pitarme desde esta mañana.


19 de Marzo.


Siguen pitandome los oídos, pero parece que remite.
No hay nada que hacer, no me apetece hacer nada. No se si acercarme a la ciudad. No hay ninguna razón para ello, tengo provisiones de sobra. Bajar a la ciudad es jugársela, y más ahora que no está Danko. Echo de menos a ese cabrón. Y mira que a mi nunca me han gustado los perros, pero hay que reconocer que ha sido todo un compañero. Sigo preguntándome qué coño pasó. Supongo que fue algo que comió, o quizás no, quién sabe, puede que haya virus extraños en el aire, simplemente estás aquí y en un rato dejas de estar. Yo no se nada. Tampoco hay a quién preguntar. Mierda, ni siquiera se si quedará gente, supongo que si, no soy tan especial como para ser el único. La última vez que vi a alguien supuestamente normal fue hace un mes, y ni siquiera intenté comunicarme con el. Nunca se sabe lo que te puedes encontrar. Al principio pensé que era uno de ellos, de los enfermos. Estaba totalmente quemado, deforme, parecía un ser en descomposición que se arrastrara, delgadísimo y lleno de costras, se caía a pedazos el pobre infeliz. Yo lo miraba escondido entre los escombros, asiendo fuertemente la navaja, dispuesto a saltar en cualquier momento como un depredador asustado. Estaba segurísimo de que era uno de ellos, pero entonces habló, y ellos no hablan. Supongo que presentía que no estaba solo. "¿Hola, hay alguien?" No me lo podía creer. Estaba confuso, paralizado, no sabía qué hacer, así que no hice nada. Seguí observando y el tipo finalmente se marchó. Por una parte me arrepiento, es posible que un poco de compañía me hubiese venido bien, quizás tuviese alguna información útil. Pero por otra parte, quizás estaba enfermo. Tenía pinta de estarlo. Y su aspecto... Maldita sea, el pobre se caía a pedazos, seguro que su historia era bastante jodida. Superviviente de un edificio en llamas, o vete tu a saber. A lo mejor se volvía loco, o me volvía loco yo. O quizás ya estoy loco, ¿cómo saberlo? No se como me comportaría delante de otro humano, llevo tanto tiempo solo, quizás en este tiempo me he vuelto loco. Nadie podría reprochármelo. Recuerdo que yo era una persona extrovertida, tenía muchos amigos y creo que caía bien a la gente. Pero claro, eso fue antes de toda esta mierda. De hecho no creo que haya cuerdos entre los posibles supervivientes. Si sigues vivo a estas alturas tienes que haber visto cosas que te han trastornado. Bastante tengo ya con mis propios recuerdos, no quiero alguien al lado que se ponga a contarme cómo perdió a sus seres queridos. Ya me he acostumbrado a hablar solo conmigo mismo a través de este diario. El tipo aquel... Joder, su cara era como una calavera maldita sea, no creo que se hiciera esas marcas afeitándose precisamente, no quiero saber nada. No quiero saber nada. Esto es una mierda. Esto es una puta mierda.


25 de Marzo.



Ayer me acerqué de nuevo. Ella seguía en la urbanización. Estaba deambulando por el jardín, como las otras veces. El comportamiento de estos seres es extrañísimo. Parece que se quedan en sus antiguos hogares. Quizás atrapados por los recuerdos de su vida anterior, como unas almas en pena. ¿Cómo funcionarán sus mentes? ¿Están vivos? ¿Se alimentan? Mierda, no entiendo nada. A lo mejor lo estoy soñando todo y estoy ahora mismo tumbado en la camilla de un manicomio completamente sedado. Ojalá fuese así. Nada de todo esto tiene sentido. Se que no es ella, ya no. ¿Pero entonces quién es? Y lo mas importante, ¿podría volver a ser como antes?
Esta vez me mantuve a una distancia prudencial, escondido en un territorio elevado, protegido por la vegetación. Llevaba los prismáticos que me agencié en mi última visita al centro comercial. Me senté a observar. Allí estaba. Sin hacer nada. En el jardín, balanceándose de un lado a otro como si estuviera lobotomizada. No pude evitar deshacerme en lágrimas otra vez, a pesar de verla casi a diario, mi pobre pequeña. Ojalá alguien descubra algo. Una cura. También estaba ahí el cuerpo de Mario, lo que queda de el, que ya no es mucho. Me siento tan culpable de que esté descomponiéndose ahí. Ahí tirado, en el jardín, como una rata. No puedo soportar su visión y, a la vez, no puedo dejar de mirar, es tan absurdamente duro. Soy un cobarde de mierda, debería haberme llevado el cuerpo y enterrarlo. No va a cambiar nada, por supuesto, pero supongo que algunas costumbres no se pueden olvidar. Pero entonces tendría que hacerle frente a ella. No se si es contagioso. No se nada. Pero se que va a atacarme como la última vez y no quiero hacerla daño, hubo un día que la amaba, era mi esposa maldita sea, quizás aun haya una oportunidad para ella, no quiero herirla, pero tengo que hacerlo. Tengo que ir y llevármelo, traerlo aquí, a mi lado.
No puedo seguir viviendo con este sentimiento que me desgarra por dentro. Hasta Danko tuvo una sepultura decente, descansa ahí fuera, con su pequeña cruz de madera.
Podré sentarme a su lado y hablar, y quizás me escuche, explicárselo, pedirle perdón por lo que pasó, por no poder salvarle. No hay otra solución, tengo que entrar y llevarme su cuerpo. Tengo que enterrar a mi hijo.


28 de Marzo.


Poca cosa estos días. Sigo aquí. En mi guarida. Escondido y aislado como una alimaña. Volviéndome loco. Escribiendo esto, aunque no se para quién.
He dormido poco, dándole vueltas al asunto, alargando lo inevitable, no me decido a volver allí aunque se que debo.
He estado hojeando una revista antigua, parece como un sueño, no hace tanto pero, me cuesta recordar cómo eran las cosas antes. Miro las fotos y parecen de hace un millón de años. ¿Qué habrá sido de todos ellos? Los actores, los monarcas, los políticos, los famosos. Supongo que prácticamente todos estarán muertos, y si no lo están estarán como yo, escondidos, desquiciados. Al final llegó el equilibrio. Ya no hay ricos ni pobres, supongo que eso está bien. Ahora estamos todos en el mismo infierno, con las mismas oportunidades.
Hay tres columnas de humo a lo lejos, ahora mismo puedo verlas, me tienen intrigado. Apenas las distingo con los prismáticos, deben estar verdaderamente lejos. Algo así no puede ser un fenómeno natural, está claro que son fuegos hechos por humanos, la cuestión está en cual será su naturaleza. Soy consciente de que hay gente buena asustada que solo quiere sobrevivir e intentar reconstruir esto de alguna forma, pero no soy un ingenuo, también se que hay gente para la que todo esto solo es un inmenso parque de atracciones. Saqueadores, violadores, caníbales, locos de todo tipo que han visto el cielo abierto en este nuevo mundo.
¿Qué significarán las columnas? ¿Serán una trampa para incautos o una llamada a la unidad?
En cualquier caso no se lo que quiero hacer, hasta ahora he sobrevivido solo, se que puedo hacerlo. No necesito a la gente y tampoco la quiero, estoy perdido, no hay salida después de esto, no hay redención. Quizás algunos puedan fingir, intentarlo, yo no tengo fuerzas, he visto demasiado. Por otra parte si hubiese una mínima oportunidad de salvarla a ella, si pudiera volver a ser como antes, volver a ser ella, quizás, juntos....
Tengo algo que hacer. No aguanto seguir aquí, toda esta mierda que he acumulado ¿para qué? Encerrado en mi cueva, creyéndome seguro, cerrando los ojos ante la catástrofe. ¡Qué ingenuo! Cometo otra vez el mismo error. Si algo he de aprender de lo que pasó es que nada es seguro, tenía mi familia, mi casa, mi coche, iba a trabajar, regaba el césped, cenaba en restaurantes los fines de semana, planeaba vacaciones......y creía que duraría siempre, que pasarían los días y me convertiría en un adorable ancianito rodeado de nietos. ¡Qué ingenuo! Por primera vez se lo que tengo que hacer, soy consciente del horror y voy a su encuentro.



30 de Marzo.



Fui atacado mientras me acercaba a casa, lo reconocí, era un chico del barrio, hablé con el un par de veces en el pasado, era simpático. No me costó reducirlo, me había llevado los cuchillos, por suerte estos enfermos no son como los zombies de las películas, unas cuchilladas certeras y se acabó, no obstante dudé un poco y consiguió arañarme en el cuello. No se como va esto, no se si será grave o no, no se si ahora estoy enfermo, no siento nada raro, sigo aquí.
En casa la cosa fue distinta, entré y fui al jardín, allí estaba ella. Intenté hablarle y, por un momento pareció escucharme, no me atacó inmediatamente, ella también dudó. Estaba confusa, lo noté, note la lucha en su interior. Gruñía como un perro rabioso, advirtiéndome para que no me acercara, pero tenía que acercarme para recoger a Mario. Al final se me echó encima. Por suerte era débil, la agarré por los brazos y la reduje, estuvo a punto de morderme pero no lo logró, conseguí atarle las manos y la encerré en el garaje.
Lo peor llegó luego, Mario ya no era más que una masa informe de huesos y carne putrefacta. Mi pequeño hijo. Tuve que meterlo en una bolsa de basura, apartando a las ratas y gusanos, luchando por no vomitar, y perdiendo. Pero, finalmente ya está a mi lado, ahora descansa bajo tierra, como debía ser, con una cruz en la que he puesto su nombre y mi deseo de que descanse en paz. Le quería tanto. Y a ella. Esto es una mierda, ¿cuando acabará?
En casa todo estaba destrozado, encontré una foto en el suelo del salón, me la llevé conmigo, quizás no debí hacerlo, su visión solo me provoca tristeza, es de hace dos años, cuando fuimos a eurodisney. Cómo ha cambiado todo, al menos me recuerda que una vez fui feliz y, en definitiva, es mas de lo que mucha gente va a conseguir a partir de ahora.
Me alejé de casa oyendo los gritos histéricos de mi mujer, chillaba y se golpeaba contra la puerta del garaje, cada golpe era como una punzada en mi corazón, espero que sobreviva, espero poder volver y salvarla, si no lo consigo espero que nos veamos en el mas allá.
He preparado una mochila para el viaje, he de descubrir el misterio que se esconde tras las columnas de humo.

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