(UN SUCIO HOMENAJE A LA PELÍCULA CRASH DE CRONEMBERG Y EL LIBRO DE BALLARD)
A José Manuel Vara.
José Manuel se sentó en su coche, suspiró y giró la llave del contacto. En ese momento el circuito primario es alimentado por la tensión de la batería. Con los contactos del ruptor cerrados la corriente eléctrica fluye a masa a través del arrollamiento primario de la bobina. Cuando se abren los contactos del ruptor la corriente de carga se deriva hacia el condensador que se carga absorviendo parte de la corriente eléctrica. La colocación del condensador hace que la tensión generada en el circuito primario de un sistema de encendido pueda alcanzar momentaneamente algunos centenares de voltios. La tensión pasa al distribuidor y de ahí al rotor que gira en su interior y que distrubuye la tensión a cada una de las bujías.
Se miró en el espejo retrovisor. Estaba algo nervioso, pero también esperanzado. Tenía muchas ganas de conocerla y ella había venido a verle expresamente a él desde la otra punta del país. Un viaje largo para verle sólo a él. Estaba un poco loca, bastante loca, aunque también había que contar con que seguramente habría mucho de actuación en ella para impresionar, en cualquier caso era interesante, liberal, y estaba muy buena. Estaba claro que la cosa prometía. Volvió a mirarse en el espejo retrovisor, estaba ligeramente preocupado por su aspecto. Tampoco había motivo para ello, no era una cita completamente a ciegas, ya se habían visto a través de fotos y habían conversado un par de veces por videoconferencia. Ella no estaba interesada en su aspecto, que era bastante modesto, sino en su retorcida personalidad. Era una niñita de 20 años en busca de emociones fuertes y el, que andaba más cerca ya de los 50 que de los 40 la había camelado con su erudición bizarra, sus fotos, su poesía, sus escritos... En suma, su personalidad y trasfondo. Suele pasar en chicas de esas edades, muchas buscan una figura que les atemorice pero también que puedan admirar y de la que puedan sacar algo con lo que engrandecer su personalidad, por otra parte los chicos de su edad son cada vez más idiotas... Ya podía imaginarla, frustrada, intentando mantener una conversación banal sobre algún videojuego o serie con un tipo granujiento de su circulo de amigos. Aunque según le había dicho ella no tenía muchos amigos.
La cosa había ido bastante rápido. Fue ella la que se puso en contacto con él, le mandó una serie de poemas para su fanzine, no eran malos, tampoco eran la hostia. Él le contestó que publicaría un par de ellos. Ella, emocionada, le escribió una extensa carta de agradecimiento. De eso hacía apenas dos meses. Tras ello empezaron a estar cada vez más y más en contacto manteniendo una extensa correspondencia. Hablaban de todo tipo de temas, con predilección por las zonas oscuras del alma humana, en la que ambos estaban interesados. Él la guiaba por el sendero del arte extremo recomendándole infinidad de nombres underground que la dejaban fascinada y hacían que aumentase su admiración hacia él. Los mensajes eran más largos, más profundos, y también, a la mínima ocasión, la correspondencia se ponía cada vez más caliente. El punto álgido fue cuando ella accedió una noche a abrir el Skype y realizarle un pequeño show erótico. Tenía un cuerpo de infarto, delgada y estilizada, vestía de rollo punk, con piercings y tatuajes. Realizó un caliente baile mientras se quitaba la ropa. Cada prenda que caía revelaba un cuerpo diseñado para el placer, de líneas perfectas. Una delantera elegante, firme y poderosa y una parte trasera igualmente equilibrada con el conjunto. Todo ello ensamblado con unas articulaciones perfectamente diseñadas por los mejores ingenieros celestiales. Era de las que van rápido, su sistema de seguridad seguramente sería precoz pero había que correr el riesgo para poder montarla y experimentar la plenitud dentro de tan poderosa máquina. Le miraba incitándole, ronroneando desde la pantalla como un anuncio que prometía una realidad mejor y más perfecta. José Manuel, sentado frente al ordenador, empezó a tocarse. Ella sonrió en la pantalla y comenzó a masturbarse a su vez, despacio al principio, con suavidad, pero acelerando poco a poco el ritmo de forma suave pero firme. Ambos tuvieron esa noche un orgasmo increíblemente satisfactorio y casi al unísono, una colisión perfecta.
Ahora, recordando todo eso y sabiendo lo que inevitablemente pasaría en cuestión de tiempo, sin la pantalla del ordenador de por medio que se interponía entre ellos como la luna de su coche, José Manuel empezó a sufrir una tremenda y dolorosa erección sentado en el asiento. El pene contiene dos cámaras llamadas cuerpos cavernosos, las cuales ocupan el largo del órgano. Un tejido esponjoso llena las cámaras. Los cuerpos cavernosos están rodeados por una membrana, llamada túnica albugínea. El tejido esponjoso contiene músculos lisos, tejidos fibrosos. La albugínea ayuda a atrapar la sangre en los cuerpos cavernosos y con ello sostiene la erección. Pensó en masturbarse ahí mismo, pero prefirió reservar su combustible para ella. Finalmente se puso en marcha y salió del aparcamiento con el pene rivalizando en grosor con la palanca de cambios. Encendió el equipo de música, sonaba Carlos Ann.
"...La poesía desea morirse,
adiós televisivo mundo, me voy.
Y ya no quedan ni las miradas,
en estos tiempos de...Tiempos de depravación"
Iba con un ligero retraso, aunque había sido premeditado, la técnica de hacerse esperar. Al fin y al cabo ella no tenía a dónde ir, no conocía a nadie en la ciudad y le esperaría el tiempo que hiciera falta. Había llegado hacía 10 minutos y le había mandado un mensaje: "Ya estoy en la estación! Tengo muchas ganas de verte. Te lo voy a hacer pasar bien ;)". Él, desde el sofá de su casa le había contestado: "Estoy en medio de una reunión con una editorial, intentaré tardar lo menos posible, esperame en la puerta. Un saludo" Una mentirijilla para adornar el trasfondo.
La estación estaba cerca de su casa, no tardó más de 15 minutos en llegar, en total 25 minutos tarde, lo suficiente para crear impaciencia sin resultar grosero. La reconoció perfectamente y atrajo su atención tocando la bocina, ella también lo reconoció, sonrió, se acercó corriendo al coche y entró decidida en su interior. Se sentó, la dureza de su prieto culito rivalizaba con el tapizado de cuero de los asientos.
-Lo siento tía, estaba reunido – Dijo José Manuel excusándose.
-Sí, lo sé, recibí tu mensaje, no pasa nada. ¡Joder, qué ganas tenía de verte!
-Yo también.
-¿Un par de besos no?
-Claro, jajaja.
Se acercaron y se besaron en las mejillas, la palanca de cambios, erecta entre los dos asientos, dificultó ligeramente está acción.
-Bueno, ¿a dónde quieres ir?
-¿Vives lejos?
-No, a 15 minutos.
-Quiero ir a tu casa, tengo ganas de hacerte un baile como el de aquella vez.
-Jajajaja, vas rápido. Está bien, me gusta.
Los cuerpos cavernosos de José Manuel comenzaron a llenarse nuevamente de sangre.
-Lo sé, sé perfectamente lo que te gusta -Sonrió ella pícaramente -Pero da un rodeo.
-¿Un rodeo?
-Sí, dices que vives cerca, quiero ir a tu casa, pero no enseguida, me apetece estar en el coche un rato, podemos hablar.
-Bien, si quieres eso...¿Te enseño la ciudad?
-La verdad es que me da un poco igual, todas las ciudades son idénticas, no me interesan.
-¿Entonces?
-Date una vuelta por la autopista.
-¿Por la autopista?
-Sí, me relaja, charlamos un poco y vamos hacia tu casa.
-Está bien.
Se adentraron en la autopista. El tráfico era fluído, el funcionamiento de coches y personas normal. Admisión. Compresión. Explosión. Escape.
-¿Recuerdas la conversación que tuvimos sobre la peli "Crash" de Cronenberg? -Dijo ella encendiéndose un cigarro, el humo pasa entonces a través de los bronquios atacando su revestimiento, la nicotina aumenta la presión sanguínea. Los gases de combustión pasan por el colector del tubo de escape y salen al exterior por el dispositivo de evacuación.
-Sí, claro, qué peliculón, me encanta el rollo de la búsqueda del placer a través del peligro y la belleza en la deformidad, el nuevo ser resultante de la unión del hombre y la máquina -Dijo mirando las piernas de ella, completamente alejadas de la deformidad.
-La parte fundamental es la de sentirse vivo en situaciones cercanas a la muerte. Es curioso el instinto de supervivencia en el ser humano, que sea algo esencial y arraigado pero a la vez te atraiga la destrucción y la sensación de peligro -Contestó ella sin apartar la vista de la carretera.
-Bueno, eso no les pasa a todos, la gente por norma general es feliz y está segura en la comodidad y la ausencia de peligros.
-La gente, por norma general es banal. Quieren la comodidad, pero están muertas, muertas emocionalmente, son una cáscara. Esa idea la utilizan también en "El club de la lucha" ¿recuerdas la escena en el coche?
-Claro.
-"El tocar fondo no es un seminario, no es un retiro de fin de semana"
-Sí, también es una grán película.
-Ya, pero yo no quiero conformarme con ver películas, necesito sentir los extremos.
-¿Quieres que pillemos algo de droga?
-¡Que se jodan las drogas! Quiero sentirlo, quiero ir más allá, explorar los límites, todo o nada, ¿no lo recuerdas? ¿Vas a echarte atrás?
-No sé a qué te refieres.
La autopista seguía su monótono camino, con sus luces y señales en los bordes desfilando en monótona sinfonía. Los coches circulando. Un ballet de hierro y asfalto por el que se deslizan personas y sueños escapando eternamente hacia lugares inciertos.
Ella se giró y observó su cara brevemente, luego dirigió de nuevo la vista a la hipnotizante serenidad de la autopista.
-Claro, ya se te ha olvidado todo lo que hablamos ¿verdad? Sólo me decías lo que quería oír para meterte en mis bragas...
-No, no sé a qué te refieres. Vamos a ver, ¿de qué hablas? "Crash" "El club de la lucha" qué quieres, ¿tener un accidente de coche? ¿Te excita eso o qué?
-No me excita, no lo sé, me atrae, sólo quiero sentirme viva.
-Estás loca.
-Claro, siempre te lo dije, pensaba que tu también lo estabas...
-Yo estaba de broma.
-¡Pues yo no!
Ella de un salto agarró el volante, el coche se zarandeó hacia los lados, otro coche pasó a su lado a punto de colisionar con ellos.
-¡Qué coño haces zorra!
-Salvarte la vida.
Ella apoyó todo su cuerpo contra el volante y lo dirigió hacia un lateral, José Manuel vió que en esa postura no podía hacerse de nuevo con el volante, se zarandeaban como una pequeña barca en la tempestad, los coches pitaban furiosos al pasar a su lado. Ella terminó de inclinar todo su cuerpo sobre el de José Manuel que reaccionó al fin y pisó el freno, el pedal transmitió la fuerza al sistema hidráulico mientras la respiración acelerada hacía que los niveles de dióxido de carbono en sangre bajásen. A pesar de haber reducido la velocidad bastante no pudieron evitar darse un pequeño golpe contra la valla de protección y quedar encayados en el arcén. Los coches pasaban a su lado pitando, pero ninguno se detenía. José Manuel estaba en shock, con las manos temblorosas y resoplando. Ella reía histéricamente.
-¡Hija de puta! ¡Maldita hija de puta! ¡Estás loca!
-No deberías haber frenado.
-¡Mierda! ¡Joder!
-Bah, no ha pasado nada, no exageres.
-Estás como una cabra. Mira esta mierda, me has jodido el capó.
-Bah, algun faro como mucho, no ha pasado nada, una capita de pintura y a correr, ¿tienes seguro no? Entonces que le jodan ¿a que te sientes más vivo?
-¡Que te den por culo!
-Sí, por favor... Esto me ha excitado mucho...
-Mierda, verdaderamente estás loca.
-¿Tú no estás excitado?
-No, creo que no.
Ella se acercó a el y colocó su mano sobre su pantalón, le bajó la bragueta y empezó a acariciarle la polla por encima del calzoncillo. Estaba flácida y mustia, asustada.
-Venga tío, relájate, ¿no es maravilloso estar vivo?
No supo que contestar, ella tampoco esperaba ninguna respuesta. Le bajó el calzoncillo, aquello empezaba a crecer tímidamente, se agachó y se la metió en la boca, empezó a succionar. José Manuel inclinó la cabeza contra el asiento y emitió un gemido, las luces de los coches al pasar por la autopista le iluminaban de forma intermitente. La agarró del pelo para dirigir la carrera, pretendiendo tener el control de esa máquina desbocada. Ella notaba como su polla crecía más y aumentó la marcha, buscó a ciegas con la otra mano la palanca de cambiós y empezó a acariciarla como si se tratase de otra polla, una polla dura, fría y metálica. José Manuel empezó a pensar en todo lo sucedido, sólo llevaba con ella unos minutos y ya le había llevado en una montaña rusa de sensaciones, pensaba ser para ella una especie de sabio gurú que la aleccionase en todos los ámbitos, en cambio estaba siendo totalmente dominado por esta pequeña y descarada niña. Nada de ésto estaba previsto, se la habían dado con queso, pensó que podría llegar a enamorarse.
Su polla estaba dura y a punto de explotar en su boca, los conductos deferentes comenzaban a contraerse para expulsar los espermatozoides a traves del epidídimo, el esperma comenzó a pasar a través de los dutos eyaculatorios mezclándose con los fluidos de las vesículas seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales, formando el semen, para finalmente ser expulsado en violentos espásmos a través de la uretra en la boca de ella, que comenzó a tragárselo. El emitió un profundo gemido y empujó la cabeza de ella para darle hasta su última gota de combustible, abrió los ojos para verlo y en ese momento una luz proveniente de la parte posterior del coche le cegó.
Lo que pasó a continuación se situó fuera del tiempo ordináriamente entendido. La luz vino acompañada de un ruido ensordecedor y una fuerza extraña que elevaba y hacía girar el coche. Los sonidos de cristales y hierros retorciéndose se mezclaban con la percepción de su propio cuerpo desgarrándose y retorciéndose a su vez, no sentía dolor, solo una enorme sorpresa por la sensación repentina de todo ello, notaba sus huesos desencajándose, astillándose, y los órganos siendo atravesados por extraños objetos. Luego la oscuridad.
Se le aclaró la vista y comenzó a oír de nuevo, no sabía dónde estaba, pero notaba que estaba en un objeto en movimiento, podía oir una sirena y voces que hablaban.
-¿Cómo está ella?
-Muy inestable, no lo va a conseguir.
-¿Seguro?
-Joder, mírala, está destrozada.
Ambos se encontraban en una ambulancia que les llevaba a toda prisa por la autopista. El choque había sido brutal. Consiguieron sacarles del amasijo de hierros pero el estado de ella presentaba diversas y fatales amputaciones además de multitud de hemorragias internas. Estaba sentenciada. Los dos enfermeros de la ambulancia lo comentaban.
-Ni de coña, ésta no llega.
-¿Y él?
-También está muy jodido, pero puede que salga, o a lo mejor no, no lo sé.
-Aunque salga menuda vida le espera.
-Ya te digo, la amputación del pene ha sido total, mira, no ha quedado ni rastro.
-Yo creo que les hacemos un favor.
-Totalmente.
-¿Apago la sirena?
-Sí, pero no podemos tardar demasiado, métete en esa zona de descanso.
-¿Tienes la cámara?
-Claro.
José Manuel escuchaba todo esto como en un sueño, no podía contestar, no era dueño de su cuerpo, ni siquiera sentía ningún contacto con él, sólo el suave movimiento de la ambulancia meciéndo su cabeza. Percibió cómo la ambulancia se detenía en un sitio silencioso, escuchó cómo el conductor se bajaba de su asiento y entraba en la parte posterior de la ambulancia, junto a él.
-Venga tío, rápido.
Una cara masculina vestida de blanco lo observaba desde lo alto.
-Mira, este cabrón está consciente.
-¿Tú crees?
-Tiene los ojos abiertos.
-Seguro que está como en un sueño.
-Grábale.
Otra cara se aproximó a el con una cámara de video y empezó a grabarle.
-Saluda idiota, una sonrisita para la cámara, jajaja.
El enfermero acercaba y alejaba la cámara de su rostro mientras reía y se burlaba de el.
-¿No dices nada, qué pasa, se te ha comido la polla el coche?
-Pobrecito eunuco, ha tenido que ser una mamada increible, yo también quiero morir así.
-Bueno venga, aligera, si tardamos demasiado sospecharán.
El primer enfermero salió de su campo de visión, el segundo, que manejaba la cámara de video se giró y comenzó a grabar en otra dirección.
-Estoy listo joder.
-Venga, dale su merecido a esa puta.
-Joder, a esta tía no hay por donde cogerla, me está poniendo perdido de sangre.
-Madre mía, qué carnicería.
-Puff, está destrozada, no se si esto es el culo o el coño.
-¿Acaso importa?
-Jajaja, la verdad es que no, en fin, se la meto por aquí.
-Dios, esto es increible, vamos fóllatela, ¡fóllatela!
-Un último polvo antes de morir pequeña.
José Manuel no podía ver nada, sólo el techo blanco blanco de la ambulancia y el tipo con la cámara apuntando fuera de su encuadre, no sabía que pasaba en el interior, a su lado, pero notaba un ligero movimiento de la furgoneta.
-¿Has oído eso?
-Sí, ¿qué ha sido?
-Supongo que algún hueso roto.
-Grábalo bien, me voy a correr en breve.
-Sí, lo tengo todo, date prisa.
-Joder, estoy a punto, me voy a correr.
-Espera espera, hazlo sobre la cara de este.
-Jajaja, muy bueno tío, allá voy.
José Manuel pudo ver al primer enfermero colocándose sobre él, tenía la polla fuera y comenzó a eyacular sobre él mientras gemía poderosamente, expulsando un potente chorro de sangre y semen que se extendía sobre su cara moribunda.
-¡Toma hijo de puta!
-Venga, dale, dale, bendice a este cabrón antes de su viaje.
-Joder, mira que cuadro, parece arte moderno.
-Jajaja, ha quedado genial, toma, coge la cámara, estoy que no puedo más.
El segundo enfermero cedió la cámara al primero que comenzó a grabar nuevamente hacia un lugar que José Manuel no podía ver.
-Oye, creo que esta zorra se ha muerto ya.
-Da igual, métesela.
-Ese polvo la ha matado del todo, eres un crack.
-Ya sabes, para hacer las cosas a medias...Venga, dale, que nos estamos enrollando.
-¿Me tienes?
-Perfecto.
-Joder, que asco, ¿esto es mierda?
-Te estás follando a un cadaver, no me vengas ahora con delicadezas.
-Sí, joder, puedo sentirle el puto esternón, esto es fabuloso.
-Jajajaja.
-Mira como se desprende eso, wow.
-¿Verdad que te gusta puta retorcida?
-¿Me dices a mi o a ella?
-Esto ya es poco más que un torso.
-Vamos acaba.
-Yo me corro dentro tío.
-No jodas.
-Sí, sí, me corro dentro, ugggñññ...
-¡Vamos, vamos, llénala!
-¡Joder, esto es la puta hostia!
-Vale, lo he grabado todo, hay que darse prisa.
-Como siempre ¿no? Murieron de camino.
-Bueno, en el caso de ésta es cierto, trae la inyección para ayudar a este panoli.
La cara del primer enfermero se acercó a la de José Manuel, pudo mirarle a los ojos.
-Bueno amigo, ya nos veremos en el infierno, dulces sueños.
José Manuel empezó a notar que todo le abandonaba, su tímida respiración comenzó a ralentizarse, se le cerraron los ojos. La velada había acabado, fin de trayecto, ahora se encaminaba por otra autopista, extraña y sin luz. Antes de morir pudo escuchar por última vez la voz de aquellos dos enfermeros, su voz se alejaba cada vez más, como un vehículo que se pierde en la oscuridad de la noche en busca del camino a casa.
-¿A estado bien eh?
-Yo creo que de los mejores.
-Te quiero.
-Yo también te quiero cariño.
NOTA: Este relato fue la respuesta a una petición de colaboración por parte de José Manuel Vara para el ciberfanzine ATROCITY. Podéis leer el relato tal cual fue publicado, junto con un excelente poema de Vara al respecto, en este enlace: http://atrocityexhibitionfanzine.blogspot.com/2011/11/crashtology-carlos-salcedo-odklas-2.html
Recomiendo vivamente visitar dicho blog ya que está plagado de buen material y buenos nombres a descubrir.
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