Masaccio: Adán y Eva expulsados del Paraíso.

lunes, 31 de mayo de 2010

EMPALMADO


- ¿Entonces vas a hacerlo?
- Joder, si.
- Jajaja, que bueno.
- Estoy harto, tengo que sacar algún partido de aquello con lo que Dios decidió bendecirme.
- Eres un fantasma.
- Que va. ¿Sabes lo que leí el otro día?
- ¿El qué?
- Que la plenitud sexual se alcanza a los 18.
- Joder, pues si que lo estamos desperdiciando.
- Tu no te quejes tanto cabrón, tu tienes piva.
- Ya, aunque no es oro todo lo que reluce.
- Al menos algún polvo de vez en cuando echarás.
- Si, bueno, pero cada vez menos, además lo utiliza constantemente para martirizarme.
- Ya, primero te enganchan y luego te mortifican.
- Exacto, pero bueno. ¿Tu que tal el otro día?, te largaste con la rubia esa dejándonos tirados.
- Joder, yo llevaba ya un pedo del copón, no me enteraba de nada y solo recuerdo partes, menuda aventura.
- Cuenta, cuenta.
- Bueno, recuerdo que estaba con vosotros ya desfasado con los chupitos.
- Como siempre, estabas invitando a todo el puto bar.
- Si, bueno, el caso es que no se que pasó, no se si le dije algo o fue ella la que se acercó pero cuando me quise dar cuenta estaba fuera con ella, dándonos el lote, me dijo que la acompañara a casa, yo por supuesto accedí, me iba tambaleando por la calle, estaba borrachísimo.
- Anda que dijiste algo.
- Joder tío, en lo que menos pensaba en ese momento era en vosotros. Bueno, el caso es que la tía vivía en el puto confín del universo, no sé cuanto rato me tuvo andando, recorrimos toda la jodida ciudad, yo cada vez me sentía peor, ya ni me apetecía irme con ella pero tampoco podía volver atrás, no sabía donde cojones estaba y mucho menos volver. De repente veo que está hablando con una pareja que estaban en un coche, "se ha encontrado a unos colegas, a ver si nos acercan" pensé, cuando se me acerca el tipo y me enseña una jodida placa.
- No jodas.
- En serio, resulta que eran secretas, en cuanto me enseñó la placa fue la gota que colmó el vaso, me incliné y lo eché todo en la acera, el tío tuvo que dar un salto, casi le poto los pies.
- Jajaja.
- "Bien, estoy perdido, fin de la noche", pensé, aunque me daba igual, sólo quería desmayarme, bien en comisaría o bien allí mismo, el cabrón empezó a decirme cosas, yo era incapaz de descifrarlo. Le di mi D.N.I y se largó al coche con el, yo volví a potar, estaba al borde de la muerte.
- ¿Que hacía la chica?
- Estaba rayandose con la mujer policía, yo solo le oía preguntarle una y otra vez si tenían mechero, la poli contestaba todo el rato que no, debió pedírselo como 15 veces, los teníamos histéricos. Entonces el tío volvió y me dio mi D.N.I., yo no era capaz de meterlo en la cartera, debía de ser todo un espectáculo. Me preguntó si llevábamos algo ilegal, yo le dije que no, por supuesto era mentira, pero milagrosamente no me registró, supongo que le daba pánico tocarme, entonces se largaron.
- Que potra.
- Bueno, continuamos andando, yo no podía hablar ni casi caminar, "joder, estaremos cerca" pensaba, pero no, continuábamos caminando sin parar, yo suspiraba por una jodida cama, un sofá, una alfombra, algo donde poder morir en paz. Cuando creí que todo estaba perdido me dijo "ya hemos llegado". Subimos y me metió en una habitación, me quité la camiseta y las botas y me abalancé sobre ella, empezamos a enrollarnos, ya se me habían quitado las ganas y no sabía si podría ser capaz de hacer algo, pero supongo que lo consideraba como un deber, un acto de cortesía, entonces va la tía y me aparta de un empujón, me mira y me dice: "Eh, no te equivoques, no quiero hacer nada, hemos venido solo a dormir".
- Que zorra.
- Para mi fue como si se hubiese abierto el cielo, "¿ah, si?" dije, entonces me di media vuelta y me quedé sobado al instante, supongo que no se lo esperaba. Al cabo de un rato, no se cuanto, quizás minutos u horas, me desperté, me estaba chupando el cuello y manoseando la polla, yo estaba perdido, mareado, completamente desorientado, no sabía si estaba soñando o qué, la aparté y aquello le puso furiosa, me dijo que era un cabrón, que roncaba como un cerdo y que me largara de allí cagando hostias, yo intenté ignorarlo, pero con sus berridos no podía dormir, así que me vestí como pude, me tiré un pedo y me largué de allí. Cuando salí a la calle ya era de día, el sol me cegaba, yo estaba echo polvo, miré a mi alrededor y podría haber estado en cualquier parte del país o incluso en otro, no me sonaba nada por mas que mirara alrededor, comencé a caminar, no había ni un puto alma por la calle y eso que era de día, pero nada de nada, ni una triste vieja paseando al perro, ni otro borracho perdido, ¡nada!, caminé durante la hostia hasta que me sonó algo, era el hospital, ¡estaba en la otra jodida punta de la ciudad!, me resigné, encendí un cigarro y comencé el peregrinaje.
- Que chungo.
- Además estaba con los cascos puestos, me dio por ponerme una y otra vez la misma canción de Meshuggah, al cabo de un rato ya estaba completamente desquiciado.
- Joder tío, te pasan unas cosas......
- Ya ves, supongo que yo me lo busco, algún día tendré que escribir toda esta mierda. Lo peor es que encima ha sido otro finde sin mojar, rodeado de locura, pero eso se va a acabar.
- Bueno, y cuando es el gran acontecimiento.
- Llamé anteayer, me dieron una dirección, tengo que presentarme allí el martes.


Llegó el martes. Guillermo estaba más nervioso de lo que le gustaba aparentar, casi no había podido dormir, era el gran día.
Se duchó a conciencia, se puso sus mejores vaqueros y una camisa azul, se embadurnó con su mejor fragancia, se miró varias veces al espejo, un lado, luego el otro, divisó un mechón rebelde y lo fijó al resto con un poco de gomina, volvió a repetir la operación, un lado, luego el otro, perfecto.
Agarró el papel con la dirección, ya había planeado la mejor ruta para llegar hasta ahí, iba con tiempo de sobra, se montó en el metro y puso rumbo hasta allí.
Miró a su alrededor, el microcosmos del metro, ahí estaban todos ellos: La familia de sudamericanos, los únicos que siempre andaban con críos pequeños, el negro con la bolsa verde y la gorra, la señora leyendo su best seller, las niñitas riendo cargando su mochila... Fijó su atención en estas últimas, debían tener unos 17, quizás menos, últimamente crecían muy deprisa, alguna vez borracho en los bares se había sorprendido hablando con chicas a las que el echaba 23 o 24 y que resultaba luego que tenían 16, en ese momento no sabes bien que hacer, no se puede obviar la carne fresca, pero tampoco los problemas que acarrean. Lo cierto es que eran hermosas, esos culitos prietos, esa piel suave y rosada. Eran tres, con sus carpetitas llenas de apuntes y fotos del actor de turno, riendo entre ellas, ¿siempre eran felices o qué?, a esas edades el era un puto amargado. Las imaginó desnudas, con sus pezones rosados, su coñito afeitado, las imaginó a las tres. Se imaginó a si mismo tomando a una por detrás, agarrando su pelo y acariciando su espalda, embistiéndola como un toro mientras ella gemía al compás, aferrada con fuerza a las sábanas, las otras dos esperando su turno impacientes, manoseándose entre ellas, besándose, con los cuerpos cada vez mas calientes, las mejillas cada vez mas sonrosadas, los ojos entornados de placer, el olor de cuatro cuerpos excitados en el ambiente.
Empezó a notar la presión en los vaqueros.
Se las imaginó de rodillas con la lengua fuera, la respiración acelerada, esperando impacientes su esperma mientras el se masturbaba, su enorme polla violeta palpitando, rozando los blancos dietes de ellas, y entonces....¡zas!, una inmensa corrida sin fin cayendo sobre sus pequeños rostros, por toda su cara, en la boca, en la frente, en el pelo, ellas apretarían sus caras para recibir la mayor cantidad posible, luchando egoístamente entre ellas para recibir la bendición, y el sin parar, ¡zas!, ¡zas!, un enorme chorro blanco con cada nueva palpitación, dejándolas completamente cubiertas. Luego ellas agarrarían fuertemente su cetro y rebañarían a conciencia, agradecidas, pasándoselo de una a otra, con las espesas gotas cayendo por sus barbillas sobre sus pechos, resoplando exhaustas.
Si, eso es en lo que pensaba, sabía que era un puto enfermo, todos los chicos están obsesionados por el sexo, pero el era un enfermo, lo sabía, se masturbaba cinco o seis veces al día. Cuando estaba por la calle y veía a alguna mujer de buen ver se la imaginaba sobre el gimiendo, daba igual su edad, no las había ni demasiado jóvenes ni demasiado viejas, si estaba buena tenía un repaso. No sólo se masturbaba en casa, se masturbaba en los baños de los garitos, de centros comerciales, de bibliotecas, si no estuviese mal visto se sacaría la polla ahí mismo y empezaría a darle, era un enfermo, lo sabía. Si no descargaba todo ese ímpetu sexual, si no lo dirigía hacia algo útil acabaría siendo un violador, un violador impetuoso y torpe que en cuanto hubiese abierto la caja de pandora ya no podría parar, al final acabarían pillándolo y metiéndolo en la cárcel donde el violador acabaría siendo violado. Miró al negro de la bolsa verde y la gorra, podía imaginarse en una celda con alguien así llevándose su virginidad anal, la idea no le gustó.
Tenía que salir bien, si alguien había nacido para esto era el.
Se miró en el reflejo de la ventana, un lado, luego otro, todo en orden, el mechón rebelde se había rendido.
Llegó a la parada y se bajó del tren junto con otras personas, todos en fila hacia la salida, dispuestas a enfrentarse a su destino.
Ya en el exterior preguntó por la dirección que tenía apuntada en la hoja, un hombre mayor le dio las indicaciones, no estaba lejos, tardó poco en llegar.
Era un edificio bastante grande y lujoso, apretó el timbre, alguien contestó desde el otro lado.
- ¿Si?
- Hola, soy Guillermo, he venido por el casting.
- Bien, sube.
Guillermo entró en el portal, era grande, ahí vivía gente de pasta pensó, al pasar por delante del portero este levantó la mirada del periódico que estaba leyendo y le examinó.
- Buenas, voy al octavo.
El portero no contestó, bajo la mirada y siguió a lo suyo, sumergido en la sección de deportes. Guillermo entró en el ascensor, estaba nervioso, respiró hondo y volvió a inspeccionar su aspecto en el cristal del ascensor, primero un lado, luego el otro, llegó al octavo, bajó y llamó al timbre, le abrió un tipo alto y gordo que tenía cogido en brazos un pequeño perrito, un yorkshire, lo agarraba como si fuese un bebe, era todo sonrisas, le dio la bienvenida.
- Mmmm, pollas frescas, jajaja, entra encanto, yo soy Jorge, soy el encargado del cotarro.
Jorge era todo un personaje, de familia bien y educado en una escuela católica había pasado toda su vida preparándose para ser arquitecto y hacerse cargo de la empresa familiar, días, meses, años estudiando sin parar, aislado del mundo excepto en las breves interacciones con este al ir o volver de clase, completamente solo física y espiritualmente, siguiendo la tradición de generaciones. Era un chico tímido y poco agraciado que a los 25 años aún no había besado a ninguna chica, entonces un día, sentado en su escritorio rodeado de apuntes y proyectos tuvo una revelación, miró a su alrededor, las tristes y silenciosas hojas con planos y ecuaciones, el absurdo de las formas, la locura de la planificación, el hastío de una vida prefabricada cual casa de madera, y súbitamente comprendió que estaba tirando su vida por el retrete, se levantó tranquilamente del escritorio, salió del lujoso chalet de sus padres y se fue de putas. Puso rumbo a un puticlub de lujo que no quedaba muy lejos de su casa, a veces había pasado por delante imaginando lo que pasaría allí dentro, ahora estaba dispuesto a comprobarlo, tenía bastante pasta en la cuenta, los ahorros de toda una vida de abstinencia y depresión, compró dos botellas de champán y a dos rumanas de 18 años, dos chavalillas preciosas, rubias de ojos azules, delgadas, autenticas modelos, las típicas chicas que había imaginado que jamás tendría, subió con ellas y el champán a una habitación del piso superior. Estaba nervioso, muy nervioso, las chicas eran simpáticas, hablaban y reían, no eran tan violentas y amenazantes como siempre había imaginado serían las prostitutas, por contra le calaron perfectamente e intentaron que no se sintiese violento, abrieron el champán y se sirvieron, tras el brindis una de ellas empezó a desabrocharle la bragueta, sacó su palpitante miembro y se lo introdujo en la boca. Jorge cerró los ojos, sintió la calidez de la lengua y la garganta, los suaves labios cerrándose en torno a su glande, casi inmediatamente sintió un fuerte espasmo, como una descarga eléctrica que le recorría por completo y se derramó sobre ella, una cálida y espesa corrida que llevaba 25 años pugnando por salir, Jorge no pudo hacer nada por controlarse, pidió disculpas un poco avergonzado.
- ¡Que mono!, no te preocupes cariño, tenemos tiempo y espero que aún te quede néctar en el depósito, jijiji.
Una de las chicas sacó una bolsita y dibujó unas rayas en la mesita, Jorge titubeó al principio, nunca había tomado drogas, de echo ni siquiera había bebido mas allá de un par de cervezas en la universidad, una de las chicas se inclinó sobre la mesa para esnifar su ración y cuando Jorge vio ese culo juvenil y rosado apuntando hacia el pensó "¡que coño, a la mierda todo!", se sirvió mas champán y esnifó el también, lo que siguió fue el comienzo de su metamorfosis. Las siguientes cuatro horas las pasó esnifando, bebiendo y follando, penetró a las rumanas por todos sus orificios, eyaculó cinco veces mas, probó todo tipo de posturas, gemía, sudaba, su cabeza daba vueltas, su corazón bombeaba a toda velocidad, al igual que su pene. Era feliz. Había pasado años en aquella escuela católica, había estudiado las escrituras, pero jamás se había sentido tan cerca de Dios como en aquel instante.
La cuenta por aquella noche de desenfreno fue desorbitada pero no se arrepintió en absoluto, veía la vida de una forma más clara, con una nitidez insospechada, alejada de todas las nimiedades y absurdos que le atenazaban hasta ese momento, rumbo a su casa se sentía mas vivo que nunca, respiraba mejor, se sentía como si se hubiese librado de unas poderosas cadenas, de una ropa diez tallas mas pequeña que hubiese llevado durante demasiado tiempo, era libre, por primera vez en su vida era libre.
Se convirtió en un asiduo del puti, experimentó con todo, se folló a mujeres de todas las razas, probó mas drogas, extasis, ketamina, speed.....decidió probar un día con hombres, estaba puesto de MDMA y también le gustó, en el puticlub todos le conocían ya por su nombre y le mimaban, allí era el rey. Sus padres se escandalizaron por los frenéticos movimientos de su cuenta corriente y los extraños olores y gestos que traía a casa después de las noches de desenfreno, pero Jorge ya no era el mismo, ya no era un chico temerosos de Dios, ahora el y Dios era colegas y no iba a permitir ser crucificado como Jesucristo. Sabía de sobra que su familia nadaba en la abundancia, no necesitaban otro arquitecto que sepultara su vida junto a los cimientos de un nuevo edificio de diseño, ya habían sido muchas generaciones de desdichas, el era el redentor familiar, el visionario, el profeta, el estaba aquí para vivir, así se lo hizo saber a sus padres antes de alquilarse un piso en el centro, aquel en el que había empezado a fraguar su imperio del porno, aquel al que Guillermo entraba ahora.
Guillermo estrechó la mano de Jorge, el yorkshire de este lo miró.
- Bien, bien, ¿Guillermo eh?, vaya, eres guapetón, espero que también tengas un poderoso arma, jajaja, pasa, pasa, no te quedes en la puerta, ¿te apetece tomar algo?, ¿café, té, cerveza?, tengo de todo.
- Una cerveza si es tan amable por favor.
- Huy, no me llames de usted, aún soy joven.
- Jajajaja.
Se adentraron en la vivienda, era amplia y con mucha luz, había posters de películas porno colgados de las paredes, varios ordenadores aquí y allá, portátiles, al pasar por el salón vio a otros cinco chicos sentados en un sofá.
- Estos también vienen a la prueba.
Guillermo les saludó, también apareció una chica, estaba bastante buena, era morena, alta y con unas enormes tetas, estaba enfundada en un traje negro que dejaba poco a la imaginación.
- Esta es Tania, es una de mis chicas, aún no se si va a ser ella con la que rodéis, es muy posible.
Guillermo la dio dos besos, estaba alucinado, era una autentica actriz porno, como las de los centenares de videos que había visto mientras se la pelaba, ya se imaginaba montándola, empezó a notar la presión en el pantalón, el yorkshire lanzó un par de ladridos.
Llegaron a la cocina y Jorge le alcanzó una cerveza de la nevera.
- Bien Guillermo, ¿tienes experiencia en esto?
- Eh, no, pero tengo muchas ganas.
- Jajaja, y quien no encanto, todos los chicos quieren ser actores porno, pero hay que valer.
- Estoy convencido de que valgo para ello.
- Bueno, ya lo veremos. Estoy preparando una escena, con dos chicos y una chica, seguramente la chica será Tania, los chicos es lo que estoy buscando ahora, es una escena hetero, lo típico, doble penetración, facial, ya sabes, serán unas dos horas de trabajo como mucho y pagaré 250 euros, ¿estás conforme?
Guillermo se sintió aliviado con lo de "hetero", el precio le pareció poco, siempre había pensado que los actores porno cobraban mas, quizás fuera por su condición de novato, lo que mas le gustaba era la posibilidad de follarse a la despampanante Tania, no tuvo que pensarlo mucho.
- Si, si, totalmente conforme.
- Bueno, pues eso es lo que hay si te elegimos, el vídeo se pondrá en Internet, soy el propietario de varias páginas, ¿conoces pajote.com?, es mía, seguramente se suba ahí.
- Bien, me parece todo correcto.
- Bueno, pues ve al salón con los otros y relájate, empezaremos enseguida.
Se acercó al salón, sonrió y se sentó con los otros, no hablaban entre ellos, intentaban estar relajados, aunque se notaba que no lo estaban, las miradas inquietas y los tics en la pierna los delataban. Tania cruzó el salón y desapareció por una puerta, todos siguieron sus movimientos hipnotizados, ahí estaba el premio, y era un gran botín sin duda, en la mente calenturienta de todos ellos la escena ya había empezado, lo único que variaba eran las posturas. Sonó el timbre, el yorkshire ladró, Jorge fue a abrir, era otro chico, al entrar todos le saludaron y le inspeccionaron de arriba a abajo, un nuevo rival, Jorge se fue con el a la cocina y le soltó el mismo discurso que a Guillermo, ya eran seis pollas, Guillermo se preguntó si llegarían mas, rezó porque no fuera así, aunque tenía confianza en su enorme manubrio lo cierto es que cuantos menos fueran mejor.
Pasaron veinte interminables minutos, entonces Jorge apareció, llevaba en la mano una pequeña cámara de vídeo doméstica, el perrillo correteaba bajo sus pies.
- No molestes Manu, papi está trabajando. Bien, bien, vamos a empezar, sois seis....joder, había citado a quince, pero no creo que llegue nadie mas, al principio todos muy machitos pero ya veis, se han rajado mas de la mitad, espero que vosotros estéis a la altura, poneos en pie, y pantalones fuera, veamos esas pollas.
Ahora llegaría el momento que separaría a los niños de los hombres. Se levantaron todos a la vez, se miraron unos a otros nerviosos y empezaron a desabrocharse los pantalones. Jorge encendió la cámara y empezó a mirar la escena a través de ella.
- Bien, bien, así me gusta, esas pollas ondeando al viento.
Guillermo se miró y miró a los demás, su enorme pollón destacaba entre todos ellos. Había otro chico que quizás podía hacerle algo de sombra, entre el resto no había rival, esbozó una sonrisa de satisfacción.
Jorge seguía mirando fascinado, no paraba de sonreír.
- Bien, bien, pequeños cachorrillos, deberías haberos depilado antes guarretes, bueno, no importa ahora, intentad empalmaros, ahora vendrá Tania a echaros una mano, jejeje.
Todos empezaron a menearsela, era una situación un poco ridícula, seis tíos de pie con los pantalones bajados meneandosela al unísono. Guillermo pensó en su infancia, a los ocho o nueve años, cuando se masturbaban todos los colegas juntos en una especie de acto ritual, que tiempos aquellos, alejados de todos estos traumas y locura.
Tania entró en escena y comenzó a manosear a los chicos mientras Jorge lo grababa todo, uno de ellos eyaculó en cuanto ella le rozó
- Ungh....errr....lo siento. - Dijo el pobre bajando la cabeza avergonzado, se oyeron risitas.
- Joder amigo, con ese nulo control de la situación creo que tienes pocas posibilidades. - Gruñó Jorge para terminar de hacerle sentir como una mierda.
Tania llegó hasta Guillermo y agarró sonriente su miembro, Jorge esbozó una mueca de satisfacción.
- Estupendo Guillermo, veo que tenemos aquí a todo un coloso.
Tania continuó su recorrido hasta el ultimo de los candidatos, luego se retiró, Jorge apagó la cámara.
- Bien chiquillos, esto ha sido todo por hoy, dejadme que medite a solas y recibiréis una llamada mía si sois los elegidos, si no os he llamado en dos días es mejor que perdáis las esperanzas, muchas gracias a todos por venir.
Se subieron los pantalones, se despidieron y salieron por la puerta, hubo algún comentario esporádico entre ellos a medida que salían del edificio, luego cada uno siguió su rumbo.
Guillermo estaba satisfecho, se veía con posibilidades, no dejaba de pensar en la imagen de Tania sacudiéndosela hacía un rato, notaba su pantalón a punto de reventar, necesitaba masturbarse ahora mismo, miró a su alrededor en busca de un bar.


Dos días después tumbado en el sillón de su casa recibió la ansiada llamada.
- ¿Si?
- Buenos días, ¿Guillermo por favor?
- Si, soy yo.
- ¿Que tal coloso?, aquí Jorge del casting porno.
- Vaya, jajaja, que tal.
- Has sido elegido machote.
- ¿En serio?, joder, estupendo.
- Pásate mañana por aquí a las seis y media para rodar, intenta ser puntual ¿de acuerdo?
- Si, si, ningún problema, allí estaré.
Cuando colgó Guillermo no pudo reprimir su alegría, alzó los puños en signo de victoria y comenzó a dar saltos por todo el salón.
Al día siguiente estaba puntual en casa de Jorge, esta vez si recordó depilarse, lo que le estaba provocando unos grandes picores en la entrepierna.
Jorge le saludó efusivamente y le condujo al salón donde estaban esperando otro chico que no le sonaba del casting y que respondía al nombre de Hector y la exuberante Tania que le dedicó una amplia sonrisa, Jorge comenzó con las instrucciones.
- Bien, van a empezar Tania y Hector, quiero que parezcáis pareja, miraos con cariño, quiero besos y caricias a medida que os vais quitando la ropa, luego una buena mamada a el, después le chupas un poco el coño y la penetras tipo perrito, entonces es cuando tienes que entrar tu Guillermo, ella te la chupa mientras Hector la bombea por detrás. Luego quiero a Tania tumbada en el sofá y tu Guillermo encima, follándotela a lo misionero, tu Hector te pones en la cabecera del sofá y que Tania te la chupe mientras. Luego cambiáis y doble penetración en el sofá, un rato así y luego facial, ¿sencillo no?, seguramente habrá que hacer varias tomas así que os iré indicando, es un pequeño vídeo para la web, nada de dialogo y me gustaría no pasarme de los veinte minutos.
Todos asentían con cara de seriedad.
- Venga, pues al turrón. Guillermo, sal de escena, ponte aquí detrás y vete preparando para cuando te indique, vosotros dos ya sabéis.
Guillermo se colocó detrás de Jorge mirando todo con asombro, era la primera vez que veía algo así en directo, era el típico rollo, la originalidad brillaba por su ausencia, había visto la misma escena en cientos de vídeos, pero ahora no era un vídeo, estaba ahí y era extraño.
Hector y Tania comenzaron el magreo, resultaba convincente, Jorge les hacía indicaciones para que no se demoraran demasiado. Luego empezó la felación, hicieron un par de cortes para pillar la escena desde diversos ángulos, luego cambiaron y fue el el que chupaba. Jorge hizo indicaciones a Guillermo para que se preparara, llegaba su gran momento, estaba un poco nervioso, comenzó a menearsela para entrar en calor.
A la señal de Jorge apareció en escena como el que pasa de repente por ahí, en ese momento Tania estaba a cuatro patas gimiendo mientras Hector le daba su merecido, Guillermo se acercó y le puso la polla en la boca, ella empezó a chupar apasionadamente. Guillermo no estaba empalmado del todo, estaba nervioso, intentó concentrarse, cogió a Tania por la cabeza para llevar el el ritmo. Tras un rato en esta posicion Jorge mandó parar.
- Bien, bien, lo estáis haciendo bien, ahora al sofá, Tania boca arriba y tu Guillermo encima en misionero, Hector en la cabecera, Tania, ponte en el borde para que tu cabeza cuelgue hacia atrás y se la chupas como si quisieras dejarle seco ¿entendido?, oye Guillermo, está un poco morcillona, intenta remediarlo ¿ok?
Siguieron las ordenes de Jorge y se colocaron en posición, Guillermo se cogió la polla para introducirla, la notaba fofa, se le estaba bajando la erección, "no me falles, no me falles ahora joder" pensó, estaba muy nervioso, al final consiguió entrar, cerró los ojos e intentó concentrarse al máximo mientras bombeaba, "venga, venga, no me falles", se concentraba en los gemidos de Tania, en la sensación de estar dentro de ella, intentaba mentalmente enviar mas sangre a su pene, pero este salió al cabo de unas cuantas embestidas, Guillermo lo agarró para volver a meterlo, sus manos temblaban, la erección bajaba, notaba su poderoso pollón como una morcillita flácida e inservible, tragó saliva, la balanceó y trató de meterla otra vez, sin éxito.
- ¡Corta, corta!, ¿que pasa Guillermo?, te has destrempado, con eso no hacemos nada.
- No lo se, dame un momento.
Guillermo se levantó y empezó a masturbarse frenéticamente con los ojos cerrados, intentando relajarse, por contra estaba cada vez mas nervioso, Tania y Hector resoplaron.
- Joder, no se que pasa, yo, yo....
Jorge, cabeceó defraudado y se acercó a Guillermo.
- Mira, es normal, no pensaba que te pasaría, pero es normal, esto no es fácil.
- No, bueno, esto......dame un par de minutos ¿vale?
- Mira, déjalo, voy a intentar acabar la escena con ellos dos, se por experiencia que un par de minutos no van a solucionar nada, vete a casa y ya te llamare ¿ok?
- .....vale.
Guillermo salió de escena, Jorge dio la orden de acción y Hector y Tania continuaron con lo suyo.
Guillermo comenzó a vestirse, se sentía como una mierda, completamente avergonzado y vencido mientras escuchaba los gemidos de los otros dos, se subió los calzoncillos y echó una última mirada a su pene antes de guardarlo, parecía el de un niño pequeño, jamás lo había visto tan pequeño y arrugado, tan ridículo, tan derrotado, se asemejaba a un cacahuete, "me has fallado cabrón, ¿cómo has sido capaz?". Se subió los pantalones y se puso la camisa mientras seguía escuchando los gemidos de fondo.
Aprovechó un corte para salir por la puerta despidiéndose tímidamente, no fue capaz de mirar a Tania a la cara. Mientras bajaba en el ascensor se miró en el espejo, se odiaba, la había cagado, había jodido su gran oportunidad, ahí estaba, "el gran actor porno". Sentía repugnancia hacia si mismo, podía imaginarse los comentarios jocosos de Jorge, Hector y Tania ahora que el no estaba ahí, podía sentir sus risitas, "el gran actor porno".
Salió a la calle, el sol estaba alto, la gente caminaba por las calles, mirando al suelo, cada uno con sus fracasos, "el gran actor porno, vaya una mierda" pensó Guillermo mientras se deslizaba por la calle.
En ese instante, lejos de allí, un cura de 80 años obligaba a un monaguillo de 12 a chupársela.
En ese instante, lejos de allí, una chica era violada tras unos setos por un tipo recién salido de la cárcel.
En ese instante, lejos de allí, un tipo sacaba una pistola de su chaqueta al saber que tras esa puerta su mujer se acostaba con otro.
En ese instante, lejos de allí, un chico perdía su pene y sus testículos en un accidente laboral.
En ese instante, lejos de allí, se realizaba una ablación a una chiquilla.
En ese instante, lejos de allí, dos chicos eran condenados a muerte por homosexualidad.
En ese instante, lejos de allí un traficante de pastillas perdía su virginidad anal en la cárcel.
En ese instante, lejos de allí, un padre violaba a su hijo.
Las lágrimas resbalaban por los rostros, los gritos inundaban el aire, se formulaban preguntas al vacío y no se obtenían respuestas, y nunca era el fin del mundo, nunca era el fin del mundo.
"Bueno, tampoco es el fin del mundo" pensó Guillermo, miró a su alrededor y localizó un bar, entró. El y su polla y sus cojones se sentaron en un taburete a la espera de acontecimientos.

1 comentario:

  1. me ha gustado mucho en serio, el final ha sido un poco putada pero asi es la vida, el ultimo parrafo es demoledor,te ha quedao cojonudo!!yeahhh
    abrazos cabronazo, a seguir escribiendo asi de bién...

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